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domingo, 13 de noviembre de 2011

ESTUDIAR PARA LOS EXÁMENES

Cuando se aproximan los exámenes y las evaluaciones, la mayoría de los estudiantes se envuelven en un ambiente de angustia y no saben cómo deben manejar sus emociones. Si se sigue un orden en los estudios previos, resultará más fácil rendir las pruebas y se obtendrán mejores resultados. Por estas razones, a continuación se ofrecen algunas ideas, cuyos temas abarcan los siguientes puntos: a) El trabajo en grupo, b) Método práctico para estudiar, c) Regla general para los repasos y d) Tipo de exámenes.

a) El trabajo en grupo

A la hora de rendir exámenes, la mayoría de los estudiantes suele reunirse en grupos; lo mismo sucede en las oportunidades en que el docente solicita trabajos o exposiciones grupales. En este sentido, se dan las siguientes recomendaciones:

• Ante todo, lo recomendable es un grupo de cuatro estudiantes como mínimo y de seis como máximo. Hay que asegurarse de que cada uno tiene la oportunidad de participar, para reforzar al máximo el conocimiento colectivo y el buen criterio del grupo.
• Aunque los miembros de un grupo no necesitan ser amigos íntimos, tampoco deberían ser desconocidos entre sí. Se debe buscar diversidad de experiencias y exigir dedicación común.
• En el grupo, se deben seleccionar compañeros preocupados y serios. Esto animará al resto a mantenerse firme y a tomar en cuenta los desafíos. Se debe evitar un grupo en que una sola persona sea la que trabaje y el resto sólo coloque su firma.
• Se debe procurar que no conformen el grupo miembros desiguales; de la misma manera, no es recomendable que estén juntos los novios por la posibilidad de inhibiciones ante los sentimientos compartidos. Otro hecho desfavorable en la organización grupal es reunir a estudiantes de cursos diferentes porque podrían reprimirse mutuamente.
• Hay que distinguir entre un grupo de estudio y un grupo social. Si es un grupo social, no hay que fingir que se trata de un grupo de estudios; por el contrario, si es un grupo de estudios, no hay que perder tiempo en actividades sociales.
• Las reuniones de estudio deben ser lo más formales posible. Se deben descartar los alumnos poco serios que sólo hacen perder el tiempo a los compañeros.
• Si se distribuyen las asignaturas entre los estudiantes, se ahorra tiempo y el alumno preparado podrá ayudar al resto, en la asignatura que domina más. Los demás estudiantes deben seguir las clases del profesor y cumplir con todas las asignaciones, pero contará con el “profesor sustituto” en los repasos y estudios para los exámenes.
• Es bueno nombrar un coordinador o un líder para que coordine las tareas previstas para cada miembro del grupo. También estará pendiente de la disciplina por si alguno de los compañeros no trabaja; pero esto no quiere decir que el coordinador deba ser el único responsable de la actividad programada.
• No importa la forma cómo se quiera organizar el grupo, lo importante es que no surja la sensación de que algunos se aprovechan del resto. Todos deben colaborar y aportar su trabajo en bienestar del grupo y por el éxito de sus investigaciones. (Fry, Ron 2005).
b) Método práctico para estudiar

Algunas técnicas tradicionales de estudio han dado buenos resultados a generaciones de estudiantes en Estados Unidos (Robinson, 1970); una de las más conocidas se organiza en cinco fases: explorar, resumir, recitar, reflexionar y repasar. Previo a las fases anteriores, se debe tener presente que la comprensión es la clave de todo estudio; por eso hay que captar y comprender en vez de leer y repetir. Como ya se ha comentado, en páginas anteriores, la comprensión se lleva a cabo cuando se relacionan los nuevos conocimientos con los que se poseen, y se clasifican en forma sistemática; en consecuencia, hay que fijar los nuevos conocimientos en la mente y comentarlos con los amigos y con la familia; posiblemente ellos aporten ideas que puntualicen mejor en la mente el nuevo aprendizaje.

A grandes rasgos, los pasos se explican de la siguiente manera:

Explorar. Antes de leer el capítulo de un libro, hay que hacer una exploración para conocer su contenido y, una vez que se haya hecho, se tendrá una perspectiva general del texto completo. Al principio es conveniente fijarse en el título, los encabezados y los subtítulos; sobre todo, se prestará atención al orden en que están presentados; se revisarán las informaciones colocadas debajo de los cuadros, diagramas, gráficos o mapas, allí se puede observar los comentarios importantes que el autor del libro quiere expresar; de la misma forma, se tendrán presentes las notas, los apuntes y las recomendaciones del profesor; se leerán la introducción, las conclusiones y cualquier resumen que haya al principio o al final del capítulo. Si se puede, se realizarán notas al margen y se registrarán los hechos y las ideas significativas. Se pueden usar oraciones telegráficas y abreviaturas, pero hay que cerciorarse de que se pueda reconstruir el significado completo más adelante; para ello, se escribirá en forma legible.
Resumir. Después de clase o de la lectura de algún texto, se deben organizar las notas escritas en las notas marginales: palabras clave y frases cortas; luego hay que resumirlas para clarificar significados, revelar relaciones, establecer continuidad y consolidar la memorización.
Recitar. Un método fácil de seguir en los estudios, consiste en mirar sólo los apuntes de las palabras claves y las frases cortas de las notas marginales y, luego, recitar la clase o el tema completo, en voz alta y con palabras propias. Cuando se ha leído el material y se han fijado los conocimientos, hay que recitarlos en forma oral durante unos pocos minutos y, si se repite este proceso cada semana, es posible retener en la memoria por más tiempo lo estudiado.
Reflexionar. Se debe reflexionar y hacerse preguntas claves acerca de las observaciones emanadas del texto; esta parte estimula y obliga a ordenar los conocimientos obtenidos. Con el tiempo, los estudiantes que ejercitan este paso llegan a desarrollar una actitud crítica muy útil y, para ello es conveniente seguir estos pasos: a) anotar todas las preguntas que ocurran acerca cada título o subtítulos; b) recordar los comentarios del profesor sobre cada apartado c) buscar el significado de algunas frases o palabras y d) estar atento a las preguntas que los autores hacen en cada capítulo. En esta fase es recomendable que, tras una hora de estudio, se haga una pausa de 10 minutos y se repase el mismo contenido durante otros 10 minutos.
Repasar. Si se ha dejado espacio al final de cada hoja, se pueden elaborar nuevos comentarios y añadir información; al revisar los resúmenes elaborados con antelación, se puede añadir otras lecciones relacionadas con el mismo tema. Los repasos oportunos ayudan, sobre todo, si se ha cumplido con tener organizado los apuntes, una revisión sencilla ayudará a mantener los contenidos frescos en la mente sin necesidad de angustiarse a última hora.


c) Regla general para los repasos
• El primer repaso general debería tener lugar lo más pronto posible y, mejor, inmediatamente después de dar por dominada la materia tras la "recitación". Si la materia es difícil hará falta otros repasos periódicos para "reforzar".
• Antes del examen, es importante planificar la disponibilidad de tiempo para un repaso a fondo. Se debería prestar atención a lo primero que se aprendió.
• Tratar en todo momento, incluso en los repasos, de llevar cabo un estudio inteligente, frente al puramente memorístico. El primero favorece la retención mediante la organización de los materiales y el establecimiento de conexiones entre sí.
• Llegar temprano al aula y tratar de no conversar del examen con los compañeros para evitar tensiones de último momento.
• Asegurarse de haber comido y descansado adecuadamente antes del examen.
• Asegurarse de tener los materiales necesarios para el examen.
• Cuando se tenga el examen, leer todas las preguntas y tratar de comprenderlas; preguntar al profesor en caso de dudas.
• Fijarse en la puntuación de cada pregunta.
• Revisar si las preguntas contienen una o varias partes, para no responder el examen en forma incompleta.
• Comenzar por las preguntas más fáciles.
• Marcar palabras claves en cada pregunta mientras se lee.
• Para exámenes de verdadero o falso:
o Si la pregunta está escrita en forma negativa, poner atención para evitar errores.
o Si hay que responder a preguntas de verdadero y falso, convertirlas en positivas y luego comprobar si son falsas.
d) Tipo de exámenes

Generalmente, hay dos tipos de exámenes, los que utilizan opción múltiple y los de desarrollo o de composición y ensayo; las recomendaciones para cada caso son las siguientes:

Preguntas de opción múltiple

• Leer la pregunta y tratar de responderla antes de revisar las opciones.
• El primer instinto generalmente es el correcto
• Si no se conoce la respuesta, se puede adivinar, pero posiblemente se pierdan puntos, así que es mejor adivinar cuando se tenga una idea de la respuesta. (Técnicas de Estudio y Cómo dar Exámenes. s.f.).
Preguntas de composición y ensayo
• Leer con atención y determinar si se deben responder todas las preguntas.
• Atender al contenido de la pregunta, para saber si se solicitan ideas personales o respuestas referidos a un tema. Al escribir, hay que utilizar información y lógica, no sentimientos con respecto del tema.
• Se puede hacer un breve esquema de lo que se pretende escribir. De esta manera, las ideas podrán ser redactadas con mayor facilidad y coherencia.
• Escribir con letra legible, sin borrones, ni manchas.
• Es preferible utilizar un estilo ensayístico: introducción, desarrollo y conclusiones; se deben usar párrafos y, en cada uno de ellos, una idea principal, sustentada con datos lógicos, evidencias o ejemplos.
Estructura de textos ensayísticos

En general, el estilo ensayístico consta de tres partes: Introducción, Desarrollo y Conclusión; sin embaargo, estos títulos no se colocan. En este caso, se deben utilizar los conectores o relacionantes que den cuenta de cada una de las partes; cada una de ellas puede estar integrada por uno o más párrafos:

• Introducción: un párrafo o varios párrafos (cortos)
• Desarrollo: varios párrafos.
• Conclusión: un párrafo ovarios párrafos (cortos)
  1. Introducción. Puede constar de uno o de varios párrafos cortos, debe reunir diversas condiciones para cumplir su objetivo de atraer la atención del lector. Debe ser motivante, sintética y evitar la inclusión de cualquier elemento que pueda inhibir al lector de penetrar el texto por temor a su dificultad o pesadez.
  2. Desarrollo o cuerpo. Generalmente consiste de varios párrafos, es la parte medular del texto. En ella se expone el asunto básico, con todos los argumentos y datos necesarios para cumplir el objetivo fundamental del escrito: informar, enseñar, analizar, pedir, transmitir, o cualquier otro.
  3. Conclusión. El autor expone sus consideraciones finales, resúmenes, reafirmación o recomendaciones, a través de uno o varios párrafos. En su calidad de cierre o culminación es la parte principal del escrito, la conclusión debe ser estructurada de manera que resulte una consecuencia natural de lo anterior. "El final" - la última impresión que queda en el ánimo del lector - debe cumplir dignamente su misión de cerrar el escrito".
FUENTE DE ESTA INFORMACIÓN

Vázquez, M. y L. Carrera (2007). Herramientas para un aprendizaje eficaz. Caracas: Panapo.