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EL LATÍN EN EL AULA DE CLASES


En vista de la necesidad de bases para la traducción de textos latinos, se presentan las siguientes líneas; este material pretende dar herramientas sencillas al estudiante de las carreras humanísticas, que se aproximen a la lengua de Cicerón. En consecuencia, se añaden algunos consejos útiles para la traducción de textos y algunos cuadros con las conjugaciones verbales, las declinaciones latinas, tanto de sustantivos como de adjetivos. Estos estudios han sido publicados por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, bajo el título de Latín. Gramática y Ejercicios (Van tres ediciones: 1998, 2004 y 2007).


LA HISTORIA DE LA LENGUA LATINA Y SU DIFUSIÓN

El latín y las lenguas romances

Uno de los idiomas primitivos de la humanidad fue el indoeuropeo, que apareció en el norte de la Europa Central, unos 30 siglos antes de Cristo; los diversos grupos de este tronco común indoeuropeo se separaron y se dirigieron hacia diferentes lugares: la India, la región entre los mares Negro y Caspio y, por último, a Grecia; como no tenían un sistema de escritura, la lengua se fue diferenciando en distintos idiomas.

El grupo que se estableció en el territorio ocupado por la Francia actual, se extendió hacia Gales, Irlanda y el sur de Italia, a lo largo del Río Po (l.400 a.C.). Con el tiempo, descendió hacia el sur y llegó al Valle del Tíber, en Roma. Allí también llegaron los etruscos, quienes trajeron con ellos un idioma no indoeuropeo. La pequeña ciudad de Roma fue fundada en el año 753 a.C. y progresivamente comenzó a crecer. Dentro de un área limitada se comenzó a hablar un lenguaje común: el latín, que recibió ese nombre de los latinos, integrantes de una tribu del Valle del Tíber, y consistía en una mezcla de los idiomas hablados en los alrededores de Roma. Limitado, en un principio, a los habitantes de Roma y de la región del Lacio, logró por circunstancias políticas particularmente favorables, la supremacía en Italia y lego en gran parte de la Europa occidental y en el norte de África.

La historia de la lengua latina se divide, comúnmente, en tres grandes períodos: el preclásico, el clásico y el post-clásico. En el primer período, las obras literarias conservan todavía ciertos arcaísmos y vulgarismos; quedan pocos rastros de esta época primitiva del latín, en la que era pesado y duro, sin la gracia del griego antiguo.

Después de la época arcaica (250-90 aprox. a.C.), se suele dividir la literatura latina en dos períodos: la Edad de Oro que comprende la época de Cicerón y Augusto, y la Edad de Plata que comprende el siglo I de la Era Cristiana. En este período, la lengua llegaría a su perfección; los grandes escritores fijan la lengua literaria y la depuran de los arcaísmos, vulgarismos, términos regionales y voces extranjeras, aemás, la dotan de todos los elementos que le dan brillo y vigor. Durante el prodigioso crecimiento de Roma, mientras el latín desarrollaba sus formas cultas en manos de los escritores, se fue formando una lengua popular: el latín vulgar, que existió unos mil años. El latín vulgar era distinto de la lengua escrita o literaria. La mayor parte de los romanos no podía utilizar esas formas elegantes del latín escrito, porque éste era el medio de expresión de los letrados y de los hombres cultos y, al elevarse el latín a la categoría de lengua literaria y al quedar sometido a reglas fijas, se fue intensificando cada vez más el De aquí que el tercer período (siglo I d.C. hasta siglo VI) ya muestre los síntomas de la decadencia y prepare el camino para las lenguas romances.
Con la caída del Imperio Romano, no desapareció la cultura romana. En los territorios de Italia, Francia, España y Rumania actuales, siguió reinando el latín, aunque ya bastante modificado. Todo lenguaje cambia constantemente, pero la lengua escrita lo hace con un ritmo más lento que la lengua hablada. El latín vulgar de los conquistadores de España, Francia y Rumania no estaba escrito y sufrió una serie de cambios en los diversos territorios ocupados por los romanos. Al correr el tiempo, ese latín vulgar, tan distinto del latín de las obras clásicas dio origen a los modernos idiomas romances: italiano, francés, portugués, español y rumano, que constituyen uno de los principales grupos lingüísticos del mundo contemporáneo. La lengua usada por el pueblo era el latín vivo, en constante movimiento y cambio, tanto en los sonidos como en las formas, construcciones y vocabulario. Era el latín popular o vulgar, el que fue llevado por los soldados y colonos romanos a los países conquistados, donde se transformó paulatinamente en las diversas lenguas neolatinas o romances; que son la última etapa de la evolución del latín. (Oroz, R. 1967).

La importancia de su estudio

Andrés Bello, insigne venezolano, fue un humanista que defendió el estudio del latín y observó, en esta disciplina, aspectos positivos en cuanto a lo formal, lo pedagógico y lo cultural. Aurelio Espinoza Pólit (1958), prologuista de su Gramática Latina, recoge las ideas del autor acerca del estudio del latín en Hispanoamérica. Comenta que en más de un país pesaba la opinión de que el latín sólo podría ser objeto de estudios "exclusivamente de la Iglesia" y se debía relegar a los seminaristas; sin embargo, el humanista venezolano pensaba que no se debían desdeñar los estudios latinos y facilitó diferentes razones de peso.

Una de ellas, deducida por Bello el humanista, contempla que el latín es "el principal sendero que conduce al conocimiento de la antigüedad". Si se cree que en la actualidad no hace falta conocer esta época, Bello contestaría que renunciar sistemáticamente al conocimiento de la antigüedad es renunciar a poder ir jamás a las fuentes primeras de las realidades de la vida contemporánea y condenarse a la superficialidad: "Nada se mueve en el mundo actual que no haya sido puesto en movimiento por los Griegos, nada ha quedado fijo que no haya sido cimentado por los Romanos". La necesidad que tenemos, es la que tiene toda planta de quedar unida a sus raíces y todo río de no interrumpir el paso directo del manantial -como diría el prologuista de Bello-, la necesidad de no afanarnos inútilmente por descubrir lo que ya está descubierto, por volver a empezar un proceso de iniciación, que ha sido superado en el tiempo con perfección.

Bello, el jurista, también abogaba en favor del latín para los estudios legales; porque entre ellos, es importante la jurisprudencia romana y porque muchos de los glosadores y tratadistas nuestros han escrito en latín. El jurisconsulto tiene que aplicar las leyes y necesita una exacta clasificación de ellas. El Derecho Romano, fuente de la legislación española es el mejor comentario, en él han bebido todos los comentadores y a él recurren para elucidar lo oscuro, ampliar y establecer la debida armonía. Quien desea conocer el Derecho Romano, debe estudiarlo en su propia lengua y en ella, buscar el sentido exacto y el valor de las leyes.

Cuando habla Bello, el pedagogo, dice que la lengua latina es uno de los mejores medios de cultivar las varias facultades del alma. Los tesoros literarios del latín, suministran una serie de ejercicios provechosos para todas las facultades mentales. El estudio de la gramática latina exige un fuerte ejercicio de memoria en el aprendizaje de las declinaciones y conjugaciones. Esto no es un mal, sino un gran provecho, porque la memoria trabajará bajo la dirección del espíritu reflexivo y no mecánicamente. La gran labor formativa proveniente de esta necesaria memorización, viene cuando se realiza el ejercicio de aplicar las declinaciones y conjugaciones en la formación de las frases. No se puede construir una frase latina, ni la más sencilla, sin haber hecho el análisis lógico de sus términos.

El latín ayuda al estudio de las lenguas modernas; dice Bello: "No hay nada que facilite más la adquisición de las lenguas extranjeras, que el previo conocimiento de la lengua latina". Sobre todo, el latín ayuda para el dominio del propio idioma, el castellano: "Es difícil hablar con propiedad el castellano si no se posee la lengua madre, de que se derivan casi todos los vocablos y frases ya que en la construcción y genio se asemeja tanto". La sintaxis española no ha surgido por generación espontánea ni ha formado ella misma sus propios moldes, por el contrario, tiene afinidad con la gramática de su lengua matriz.

De todos modos, cualquiera que sea la utilidad de la lengua latina, según se mire como el principal conductor al conocimiento de la antigüedad o como un medio de cultivar el alma; su estudio es difícil y, aunque las dificultades no son insuperables, sólo es posible vencerlas a fuerza de aplicación y perseverancia. La estructura de esta lengua es tal que sólo la griega la aventaja en la perfección y en la delicadeza de su complicado mecanismo.

El aprendizaje de una lengua antigua es una marcha gradual, desde la más pequeña menudencia, hasta la comprensión de las creaciones más milagrosas del espíritu humano. Un conocimiento perfecto de las primeras es condición indispensable para llegar a las últimas. No se puede lograr un resultado satisfactorio en poco tiempo. No hay estudio que no exija paciencia y tesón; y el de la lengua latina no cede en esto a ningún otro. No se desea acumular dificultades en la senda de la enseñanza, pero la empresa no es fácil. Si se quiere que el latín produzca frutos de formación integral, es preciso capacitar al alumno, para que cultive no sólo la memoria sino el juicio y el gusto por la traducción.

USO DEL DICCIONARIO

Ante, todo, se debe saber que para manejar bien el diccionario es conveniente conocer el alfabeto, lo mismo que sucede cuando se utiliza un diccionario de cualquier idioma; en el caso del alfabeto latino, éste consta de las siguientes letras:

A B C D E F G H I K L M N O P Q R S T U V X Y Z
a b c d e f g h i k l m n o p q r s t u v x y z
Dicho lo anterior, hay que tener en cuenta la presencia de algunos sonidos que no existían en latín:

• Las letras k,y,z, sólo se usaban en palabras de origen griego.
• Con el sonido v se representaban antiguamente los sonidos vocal u y consonante v, pero hoy sólo se emplea para este último.
• En muchos libros el sonido y se representa en la ortografía latina por una j, pero esta letra no existía en latín. Ej.: Troja: Troya (incluso en algunos textos aparece como Troia).
Para encontrar las palabras en el diccionario, es conveniente recordar siempre que aparecen por su enunciado. En este caso, se debe tener presente que:

• Los sustantivos de la primera declinación se buscarán con las terminaciones de su enunciado a ae Ej.: Rosa rosae; nunca se encontrarán declinados en ningún caso especial.
• Lo mismo sucederá con los sustantivos de las demás declinaciones. Siempre estarán enunciados con el nominativo y el genitivo singular. Ej. Dominus i (señor); Mater matris (madre); Vultus us (rostro); Res rei (cosa), entre otros.
• Los adjetivos de primera clase, declinados por la primera y segunda, aparecerán por su enunciado: us (er) a um. Lo mismo sucederá con los adjetivos de la tercera declinación: is e. Ej.: Bonus a um (bueno) o Facilis e (fácil).
• Los verbos se buscan por la primera persona del presente de indicativo. Se debe recordar que así comienza el paradigma o enunciado verbal. El diccionario dará los demás datos en forma abreviada, siempre y cuando se trate de verbos irregulares (nos presentará el pretérito perfecto y el supino). De ser un verbo regular, se limita a indicar la conjugación a la que pertenece porque sigue el mismo modelo que conocemos de los paradigmas regulares. Ej.: Laudo (l) Verbo de la primera conjugación. Alabar. Scribo scripsi scriptum (3). Escribir.
• Los pronombres y los numerales (palabras variables) también son localizados por el enunciado. Ej.: Ille illa illud o Qui quae quod.
• Las palabras invariables (adverbios, conjunciones e interjecciones) aparecen tal y como están en los textos latinos porque no cambian sus terminaciones. Ej.: Saepe: muchas veces (adverbio)
Definitivamente, es recomendable el ejercicio continuo para evitar la pérdida de tiempo y, sobre todo, ir memorizando el vocabulario, porque de esta manera se realiza el trabajo de traducción de manera más rápida y sencilla.

ENUNCIADO DE LOS VERBOS

De la misma forma que enunciamos sustantivos, también se enuncian los verbos y se hace con el paradigma. El paradigma verbal se forma de la siguiente manera: 1ra y 2da persona del presente indicativo; la primera persona del pretérito perfecto; el supino (que no existe en castellano como tal) y el infinitivo.


Para encontrar un verbo en el diccionario, se buscará por la primera persona del presente, tal y como comienza el paradigma. Es de advertir que la primera persona del presente se encontrará escrita con todas las letras; sin embargo, las demás formas del paradigma (la segunda persona del presente, la primera del pretérito perfecto, el supino y el infinitivo) se presentarán sólo con la terminación o simplemente están sobreentendidas Ej.: laudo as avi atum are. Cuando el pretérito perfecto y el supino pertenecen a verbos irregulares, el paradigma verbal sí ofrecerá las terminaciones completas de estos dos tiempos. Ej.: Scribo is scripsi scriptum ere.

En algunas oportunidades, los verbos de la primera conjugación suelen presentar sólo la primera persona del presente y el número uno (l) al lado, para indicar la conjugación. Ej.: amo (1); esto se debe a que la gran mayoría de los verbos de esta conjugación sigue un paradigma regular. Los verbos de las conjugaciones irregulares, como ya se ha dicho, ofrecen la primera persona del pretérito perfecto y el supino, además de la primera persona del presente. La práctica y el uso adecuado del diccionario facilitarán el trabajo al alumno.

LOS ACCIDENTES DEL VERBO

Para realizar una traducción efectiva, se debe tener en cuenta los accidentes verbales que son cinco: voz, modo, tiempo, número y persona.

I. Voz: en ambas lenguas, castellano y latín, hay voz activa y voz pasiva; según el sujeto ejecute la acción indicada por el verbo (agit) o la padezca (patitur), siendo otro quien lo ejecute. Ej: “Caín mató a Abel” y “Abel fue muerto por Caín”.

II. Modo: es la forma que toma el verbo según la manera como se enuncia la acción o el hecho que se trata. El que enuncia puede atribuirlo, o no, a alguna persona o cosa; de allí los modos personales e impersonales. Ej: “El alumno estudia” (3ra persona) y “estudiar” (impersonal).

• Modos personales: son tres: Indicativo (de indicare) = señalar; Imperativo (de imperare) = mandar y Subjuntivo (de subjungere) = unir, subordinar. En el Indicativo, el que habla señala simplemente la existencia o no existencia del hecho: “yo escribo”, “tú quisiste”, “él vendrá”; en el Imperativo, el que habla manda: “Calla”; en el Subjuntivo, se presenta el hecho como dependiente de otro: “deseo que no enfermes”.

• Modos impersonales: son el Infinitivo (al que se refieren el gerundio y el supino) y el participio. El Infinitivo expresa la idea del verbo sin determinación de persona ni de número: “escribir”, “haber escrito”; es una especie de nombre verbal por lo que puede ser sujeto o atributo; en castellano admite artículo: “El estudiar es provechoso”.
Al infinitivo se refieren el gerundio y el supino
a) El gerundio es una forma verbal, a manera de sustantivo, que tiene genitivo, dativo, acusativo y ablativo. Constituye una especie de declinación para el infinitivo: amandi, amando.
b) El supino es otro nombre verbal que suple, a veces, al infinitivo y pertenece a la cuarta declinación. Sólo tiene dos casos: el acusativo Ej.: monitum (del verbo moneo), que sirve para la voz activa, y el ablativo Ej.: monito, que sirve para la voz pasiva.
Por su lado, el Participio es un adjetivo verbal, así llamado porque participa de la índole tanto de verbo como la del adjetivo. Como verbo, expresa una acción o un estado y puede tener complemento: legens (leyendo o el que lee). Cuando funciona como adjetivo, se declina y debe concordar con el sustantivo al que modifica: auditurus a um (habiendo de oír, el que oirá); Hostes victi (los enemigos vencidos).
III. Tiempos. Los tiempos verbales en latín son seis:

IV. Número. El número, en latín, igual que en español se divide en Singular y Plural.

V. Persona. También las personas gramaticales son iguales en latín y en castellano.


EL ORDEN LOGICO

Las oraciones latinas constan de sujeto y predicado. Para respetar el orden lógico, debe colocarse en primer lugar el sujeto. Este puede estar presentado por un sustantivo o un pronombre sustantivado. Ej.: Ego scribo (yo escribo). Pater scribit (El padre escribe). Sin embargo, también pueden emplearse todas las palabras susceptibles a sustantivarse (infinitivos, adjetivos, etc.). Ej.: Dulce et decorum est pro patria mori.

A veces se omite el sujeto si se deduce fácilmente del mismo verbo. Este fenómeno es frecuente en latín y se llama elipsis. Detrás del sujeto, deben colocarse todos los complementos nominales que a él se refieren: aposiciones y complementos nominales.

El verbo forma parte primordial de las oraciones. Si es copulativo, llevará su correspondiente nombre del predicado en caso nominativo. A veces éste se presenta simplemente yuxtapuesto al sujeto. Ej.: Sol lucidus (el sol es lúcido). Si el verbo exige complementos predicativos se colocarán inmediatamente después de él, en caso nominativo. Ej.: Cicero creatus est consul (Cicerón fue creado cónsul).

Detrás de un verbo transitivo van los complementos verbales en sus casos respectivos: el directo en acusativo, el indirecto en dativo, el circunstancial en ablativo o en acusativo precedido de preposición. Cada uno de éstos estará en compañía de sus respectivos modificadores. Estos complementos no están colocados en orden lógico en las construcciones latinas, porque existe una marcada tendencia hacia el hiperbaton. (Recuérdese que en latín, las palabras no alteran el sentido que les corresponde según su función sintáctica porque, aunque varían de lugar, llevan el caso en la terminación latina).

Los casos más frecuentes de hipérbaton latino son los siguientes:

a) Separación del sustantivo de su correspondiente adjetivo.
b) Separación y colocación del relativo con respecto a su antecedente.
c) Proximidad de la palabra modificante con respecto a la palabra modificada.

PASOS PARA TRADUCIR

Para traducir, hay que seguir cierta metodología, por ello, se recomiendan los siguientes pasos:

• Primero se ubica el verbo de la oración, éste nos dará la persona y el número en que debe estar el sujeto.
• De acuerdo al número y persona del verbo, se buscará el sujeto de la oración y debe estar en caso nominativo.
• A continuación, se hace una primera traducción para saber qué otros elementos hay que tomar en cuenta.
• Si el verbo es copulativo, se buscará el nombre del predicado, también en caso nominativo.
• Si el verbo es atributivo, hay que localizar los complementos directo, indirecto y circunstancial, en el caso que les corresponde.
• Se buscarán los complementos del sujeto, atributo o adjetivos, aposiciones y complementos determinativos.
• Se ordena lógicamente la oración, tal y como se ha visto anteriormente.
• Se traduce toda la oración, de acuerdo al orden establecido.

VERSION DEL LATIN AL CASTELLANO

Para trasladar un texto del latín al castellano, se requieren dos condiciones: interpretarlo bien y traducirlo con acierto en estilo castizo.

1. Interpretación del texto. Para interpretar un texto conviene formarse una idea general del tema desarrollado, por medio de su lectura somera. Hecho esto, se estudian sucesivamente las palabras, las cláusulas y el conjunto del fragmento.

a) Las palabras. El diccionario da el significado de las palabras, pero el alumno debe escoger con discernimiento, entre las varias acepciones de un término, la que se adapte al contexto. Además, es preciso tener en cuenta las reglas de la sintaxis con su conveniente aplicación y las modificaciones que de allí resulten en el sentido. Así: Te consulo, signinifa “te consulto”; Tibi consulo, “miro por tus intereses”.

También el cambio de una mera conjunción en las dos oraciones que siguen, basta para darles una significación muy diversa. Ej: In eo dignitas hominis posita est, quod ratione utitur (La dignidad del hombre consiste en que está dotado de razón; la segunda, en que haga uso de su razón); In eo dignitas hominis posita est, ut ratione utatur. La primera, por tener su verbo en indicativo, indica solamente un hecho; la segunda, con su verbo en subjuntivo, da a enternder que se ha de conseguir un fin, el de llenar una obligación.

b) Las oraciones. Si la oración consta de una sola proposición, basta restablecer el orden gramatical para interpretarla con exactitud. Otro tanto sucede si se trata de proposiciones coordinadas, es decir, unidas por una conjunción: et, nec, atque, vel, aut, ac, etc, o en proposiciones yuxtapuestas sin enlace. Si la oración consta de proposición principal y accesoria, preciso es considerar que las accesorias deben concluirse antes de que se complete la principal, si fue suspendido su desarrollo.

También es importante para interpretar un texto, fijar la debida atención en las palabras correlativas que se llaman mutuamente, como ita...ut; ideo...quod, ut o quemadmodum en el primer término de una cláusula: sic o ita en el segundo. Por hallarse muchas veces distantes las palabras correlativas, su correspondencia escapa fácilmente a la inexperiencia del traductor.

c) El conjunto del fragmento. Además, como una versión o fragmento de un autor no consta sólo de una cláusula, sino de varias que tienen entre sí relaciones diversas, es del todo indispensable, para acertar en la interpretación del texto, entender bien estas relaciones. En efecto, a veces una cláusula explica la anterior o trae una restricción a la afirmación emitida o justifica el aserto enunciado o saca de él una consecuencia. Pues bien, allí está lo arduo de la tarea: dar importancia y especial atención a las partículas diseminadas en un trozo, tanto las de coordinación como las de subordinación.
2. Traducción. La experiencia enseña que la traducción de textos de las lenguas clásicas a idiomas modernos, es uno de los medios más eficaces para formar a los humanistas en el arte de escribir con propiedad, elegancia y soltura. A la explicación de un texto latino debe juntarse su traducción en una forma castiza.

PROSCIPCION DE LATINISMOS

El escollo más común con que se tropieza, en un principio, el traductor corresponde a los latinismos o giros propios del latín, que se trasladan al castellano contra el genio o índole de esta lengua. Hay latinismos de régimen, cuando se dice: “vecino a”, “enemigo a”; en lugar de “vecino de” o “enemigo de”. Ej.: Mons caelo vicinus (montaña que toca el cielo).

Otro latinismo es aquél que resulta de la impropiedad de los vocablos transportados servilmente de un idioma a otro. En latín, Cicerón pudo decir uti silentio, en castellano se hace uso de la palabra, no del silencio: el silencio se guarda. También se incurre en latinismos de construcción como el siguiente: traducir la frase Mirabar si jam venisset, como "Admiraba si ya había llegado" en vez de "Me admiraba de que ya hubiese llegado".


 LAS DECLINACIONES


LAS CONJUGACIONES


VERBO ESSE: SER


LA PRIMERA CONJUGACIÓN: AMARE


SEGUNDA CONJUGACIÓN: DELERE



TERCERA CONJUGACIÓN: LEGERE




CUARTA CONJUGACIÓN: AUDIRE


CUADRO COMPARATIVO



ANTOLOGÍA


1. El anciano y la muerte
Senex, cum e silva remearet cum fasce lignorum, labore ac via defessus, flens mortem invocavit. Quae, cum subito aparuisset, interrogavit eum cur se vocasset. Tum senex, "ut mihi-inquit- hoc onus labans in capite accomodes". Etiam, si miseri sunt pauci mortem optant ex animo.

2. In nostris villis olim liberi et laeti vivebamus. Beati erant agricolae. Nam fecundi erant agri; seduli erant servi et ancillae. Impigri tauri arata trahebant; agricolae deos et deas colebant. Dei et deae agricolas amabant.

3. Romani duodecim deos maxime colebant. Juppiter deorum hominumque pater est fulminaque in terras de caelo iacit. Juno, dearum regina, Jovis soror atque uxor est. Minerva litteris et pacis artibus scientiisque praeerat. Venus, dearum pulcherrima, Amoris mater est.

4. Adulescentes Romani, ante meridiem, tempus agebant in Campo Martio, ubi corpus exercebant. Nonunquam, cum plueret, sub porticu exspectabant dum sol rediret, nec ab omnibus exspectatio diuturna videbatur. Festis diebus nulla exercitatio erat in Campo; nullum negotium in Foro agebatur.

5. La Edad de Oro. Ovidio (Fragmento)

Aurea prima sata est aetas, quae, vindice nullo,
sponte sua, sine lege, fidem retumque colebat:
poena metusque aberant, nec verba minacia fixo
aere legebantur, nec suplex turba timebat,
iudicis ora sui, sed erant sine vindice tuti.
Nondum caesa suis, peregrinum ut viseret orbem
montibus in liquidas pinus descenderat undas,
nullaque mortales, praeter sua, litora norant.
Nondum praecipites cingebant oppida fossae;
non tuba directi, non aeris cornua flexi,
non galeae, non ensis erat; sine militis usu
mollia securae peragebant otia gentes.

6. La guerra de Troya. Graeci adversus Troiam bellaverunt propter Helenae raptum. Helenam uxorem Menelai spartanorum regis, rapuit Paris, filius Priami, Troianorum regis. Graecorum duces Menelaum adjuverunt in ultione iniuriae. Clarissimi sunt Achilles et Ulixes. Omni exercitui imperavit Agamennon, Menelai frater, rex Mycenensium, sed classem venti adversi in portu retinuerunt. Tunc Agamemnon deorum iram placavit sacrificio Iphigeniae, filiae suae. Sic Graeci in Asiam pervenerunt et Troiam frustra per decem annos opugnaverunt. Nam Hector filius Priami, urbem fortiter defendit.

7. Aeneas cum patre filioque multa pericula ferebat, ad multas terras pervenit neque usquam manebat. Nam fata eum ad Italiam ire cogebant; Quondam ad Carthaginem pervenit, Ibi erat Dido regina, quae Aeneam maxime amabat.

8. Magnus poeta Vergilius in claro libro Aeneam laudavit. Aeneas inter Trojanos vixit et fortis militum dux fuit. Matrem habebat deam Venerem. Postquam Agamemno cum Graecis militibus adversus Trojam venit, ferox Aeneas diu cum hostibus pugnavit. Sed postquam hostes patriam Trojanam deleverunt, Aeneas Asiam tandem reliquit et diu per maria navigavit.

9. Asinus leonis pellem induerat, deinde agros vicinos percurrit. Bestias etiam feras turbat, pueros, mulieres, virosque terret. Omnes igitur in templum, in villas, in silvas confugiunt. Sed, dum ferox ambulat bestia, auris subito apparet, fraudem declarat et falsum leonem denuntiat.

10. Rex Numitor Albanis olim imperabat; sed Amulius, postquam fratrem suum e regno pepulit, regnavit. Deinde Rhea Silvia, Numitoris filia, duos filios, Romulum et Remun, habuit. Puerorum pater deus Mars fuit. Amulius parvos pueros in fluvium Tiberis jecit. Sed aquae Romulum et Remum in fluvii ripam portaverunt. Ibi lupa parvos pueros vidit et in silvam portavit.

11. Inter antiquos poetas, Aesopus et Phaedrus poetae Graeci, nobiles fuerunt. Ubi Phaedrus in Italiam venit, linquam latinam didicit et apud clarum Augustum aetatem egit. In latinis Phaedri fabulis canum, luporum, vulpum et reliquorum animalium vitam legetis. Quis lupi et agni fabulam pulchram ignorat.

12. La señora y sus doncellas. Mulier quaedam ancillas sub primum domestici galli cantus e somno excitabat, et statim ad sua quamque opera revocabat. Ancillae igitur molestissimum gallum, ut in perpetuum taceret, clam strangulaverunt. Sed ita ipsae sibi nocuerunt, nam postea domina propter horarum errorem plerumque ante gallicinium ancillas excitavit. Mollitia saepe sibi dannosa est.

13. Nonne fabulam hanc jam audivisti? Maximus Juppiter olim, quod ejus caput maxime dolebat, Vulcanum filium, qui Cyclopibus praeerat fulminaque conficiebat, in Olympum vocavit. Filio deinde dixit: "Mi fili, frontem meam aperi; noli timere". Vulcanus non sine mora aparuit. Tum subito, fronte patris aperta e vulnere virgo pulcherrima surrexit, galeam in capite gerens, jaculum dextra tenens, clipeum sinistra. Sic Minerva, pacis et artium deas, in lucem venit.

14. La literatura en la edad de Pericles. Constat illam aetatem non solum artificibus, sed etiam poetis, clarissimam fuisse. Plurimas et pulcherrimas tragoedias scripserunt Aeschylus, quid pugnae Salaminae adfuerat, et Sophocles, qui claris versibus Atticam laudavit.

15. Sciebam patrem meum heri paucos amicos ad cenam vocavisse. Hi, occasu solis, candidissimas togas gerentes, ad januam venerunt. Quattuor erant, quos vidi quorumque nomina ignoro. Aberat pater; janua non a servo aperta est, sed a sorore Flavilla, quae eos in triclinium duxit. Ibi convivae in lectis jam jacebant cum pater, rure veniens, domum tandem intravit, ad eos cururrit eisque salutem dedit. Tum convivium inceptum est. Mensa a servo inter lectos posita est, in ea panis erat, et lac et optimun mel et multi alii cibi, vinum autem non defuit.

16. Quotannis, incipiente aestate, divites Romani ex urbe fugiunt. Hoc tempore laetissimus Aulus est. Nam ludi ianua clausa manet, magister quiescit, discipuli ipsi iucundam quietem sumunt. Beatissimus tum est Aulus, cum ruri agricolarum vitam vivere potest et cum eis in agris ipse laborare.

17. El león de Nemea. Olim ingens saevusque leo in silvis haud procul ab urbe Nemea vivebat et oves incolasque vorabat. Hercules ad silvam iter facit, feram conspicit, sagittam unam, deinde multas jacit. Sed frustra. Nam pellis densa et dura leonis erat. Tum feram ignem et fumum jacientem firmis brachiis suis comprehendit et occidit. Deinde leonem mortuum ad Eurystheum regem portat et ab Eurystheo ferae pellem donum accipit. Postea leonis pellem, victoriae momumentum semper gessit.

18. Pastor et capella. Phaedrus

Pastor capellae cornu baculo fregerat:
rogare coepit ne se domino proderet.
Quamvis indigne laesa reticebo tamen;
sed res clamabit ipsa quid deliqueris.

19. Parábola del hijo pródigo. Homo quidam habuit duos filios, et dixit adolescentior ex illis patri: pater, da mihi portionem substantiae, quae me contingit. Et divisit illis substantiam. Et non post multos dies, adolescentior filius peregre profectus est in regionem longinquam, et ibi dissipavit substantiam suam luxuriose.

20. La mujer y el lobo. Lupus esuriens, cum escam quaeritans erraret, audivit in casa rustica puerum plorantem matremque ei dicentem: "Tace, aut accivero lupum, qui te devoret". Lupus, cum facilem praedam speravisset, diu exspectavit, si pueri mater ostium aperiret seque intromitteret. Sed, cum jam nox instaret, audivit eadem matrem puero dicentem: "Dormi, meum corculum: si lupus apropinquaverit, impium monstrum obtruncabimus". Tum lupus discedens: "Mulieres-inquit- tum hoc, tum illud effutiunt, et scire difficile est, quid in animo habeant". Stultitia est omnia, quae audieris, credere.

21. In antiquis Romae temporibus, postquam Romulus, primus Romanorum rex, urbem Romam condidit, multos hostes habuit. Titus Tatius, Sabinorum dux, bellum Romanis indixit. Deinde agmen suum duxit in campum ubi postea forum Romanum fuit. Pugnam cum Romanis commisit . Sabini jam vincebant, cum Romulus, caelum vocans, templum Jovi vovit. Jupiter tum pugnae finem fecit. Romani et Sabini deinde amici fuerunt.

22. Primera batalla de los Romanos. In antiquis Romae temporibus, postquam Romulus, primus Romanorum rex, urbem Romam condidit, multos hostes habuit. Titus Tatius, Sabinorum dux, bellum Romanis indixit. Deinde agmen suum duxit in campum ubi postea forum Romanum fuit. Pugnam cum Romanis commisit . Sabini jam vincebant, cum Romulus, caelum vocans, templum Jovi vovit., Jupiter tum pugnae finem fecit. Romani et Sabini deinde amici fuerunt.

23. Oraculum ambiquum. Pyrrhus rex magnas res faciendi cupiditate flagrabat. Cum exercitum in Italiam trajecturus esset, oraculum petivit; vates regi responderunt: "Apollo nuntiat te Romanos vincere posse". Hanc praedictionem Pyrrhus laetus accepit, credidit enim se Romanos victurum esse. Statuit igitur bellum contra Romanos suscipere. Sed quis non videt in hoc oraculo ambiguitatem esse?. Etenim Pyrrhum post diuturnum bellum Romani ipsi vicerunt et ex Italia pepulerunt.

24. Gloria antiquorum virorum. Gloria clarorum virorum semper gloria patriae sunt et erunt. Etiam viri docti et poetae patriae gloriam parant. In Roma Horatius et Vergilius, in Graecia Homerus et Hesiodus poetae erant. In suis libris poetae canunt vitam tranquillam et serenam agricolarum et operas agrorum, magnas et claras historias narrant, cruenta proelia describunt, sed etiam concordiae beneficia et belli danna monstrant. Etiam iucundas fabulas poetae scribunt. Aesopus et Phaedrus multas fabulas scribebant. Aesopus graecus erat, Phaedrus barbarus.

25. Diana, diosa de la luna. Olim in Italia prope densam silvam habitabat agricola. In silva erat templum Dianae antiquum. Agricola deos agrorum et silvarum adorabat. Deam Dianam quoque amabat, quod Diana erat dea silvarum. Nauta, amicus agricolae, hieme in vico propinquo habitabat. Aestate nauta procul ab Italia navigabat et multas terras spectabat. Nauta Neptunum adorabat, quod Neptunus erat deus maritimus. Templa Neptunum adorabat, quod Neptunus erat deus maritimus. Templa Neptuni erant orae maritimae propinqua. Agricola fabulas Dianae amico narrabat. Sed nauta semper dicebat: "In templo antiquo, amice, dea non habitat, sunt nullae flammae in ara, sunt nulla dona pro ara".

Hunc, nauta in silva obscura ambulat. Lunam in caelo non videt. Subito autem prope templum Dianae flammam videt claras. Per ianuam apertam nauta deam pulchram videt. Dea cum multis puellis prope aram stat. Nauta audit verba deae: "Habeo multa templa in multis terris". Diana puellis dicit: "Sed in Italia incolae aras non servant meas, mihi dona non dant. In terra ubi incolae aram deae non servant non maneo. Date mihi [dame] lucernas, puellae, eritis stellae in caelo. Ego luna in caelo ero”. Puellae lucernas deae dant. Subito templum est obscurum, nullae flammae sunt in ara. Sed luna est clara, stellae sunt clarae. Celeriter ex silva nauta properat. Postea nauta lunam et stellas in caelo saepe spectabat. In templo Dianae autem ara erat semper obscura. Nunc Diana est luna. Puellae sunt stellae in caelo. "Dianam et puellas in caelo videmus".

26. Cervus ad fontem. Cervus imaginem suam in aqua spectat. Laudat pulchra cornua; genuum crurumque tenuitatem vituperat. Subito canum vocibus fugatur. Crurum celeritate servatur. Levi curso properat in silvam. Ibi cornibus fera retinetur. Canes appropinquant necantque cervum. Genibus cruribusque cervus ab interitu servatus esset, nisi cornua retinuissent.

27. Midas, rey de Frigia. Midas, rex Phrygiae, petit olim a Baccho, ut in aurum converteretur quidquid ipse tangeret. Deus exaudivit preces eius, atque illico omnes res, quae circum erant, auro refulserunt; dapes ipsae et vinum in aurum conversa sunt. Primum quidem Midas laetatus est sed cito, ubi fame et siti laborare coepit, manibus ad caelum sublatis, exclamavit: "Peccavi, Bacche pater, me misere et eripe ex hac speciosa miseria". Deus subridens supplicanti annuit.

28. Costumbres de los Romanos antiguos. Veteres Romani jurgia, discordias, simultates cum hostibus exercebant, cives cum civibus de virtute certabant: in supliciis deorum magnifici, domi parci, in amicos fideles erant. Religiosissimi mortales delubra deorum pietate, domos suas gloria decorabant.

29. Comienzo del pueblo romano. Roma a Romulo aedificata est. Romulus rex primus erat. Romuli pater erat Mars, belli deus. Mater eius erat Rhea Silvia, Numitoris filia. Frater eius erat Remus, Martis alter filius. Remum Romulus occidit, quod Romae muros spernebat. Sed Roma paucos incolas tum habebat, itaque Romulus multos latrones intra muros accepit. Hi latrones Sabinorum virgines in matrimonium vi duxerunt. Propter ea soceri generis bellum indixerunt. Sed Romanorum uxores pacem inter patres maritosque suos fecerunt. Hinc erat principium gentis Romanae.

30. El juicio de Paris conduce a la Guerra de Troya. Bellum erat inter Graecos et Troianos. Troiae rex erat Priamus, qui uxorem Hecubam nomine habebat. Illis erat multi liberi, filii atque filiae. Ex filiis unus erat Paris. Is deam Venerem magnopere delectaverant. Illam pulchriorem quam ceteras deas iudicaverat. Venus igitur Paridi Graeciae feminam pulcherrimam dedit. Ea femina erat Helena, cuius patria Sparta erat. Sed Helenae pater eam allii regi promisserat. Itaque Graeci ceteri adversus Troianos ob Helenam pugnabant.

31. Las bucólicas. Virgilio (Fragmento)

Meliboeus:

Tityre, tu patulae recubans sub tegmine fagi
silvestrem tenui musam meditaris avena:
nos patriae fines et dulcia linquimus arva,
nos patriam fugimus, tu, Tityre, lentus in umbra,
formosam resonare doces Amaryllida silvas.

Tityrus:

O meliboee! deus nobis haec otia fecit.
Namque erit ille mihi semper deus, illius aram
saepe tener nostris ab ovilibus imbuet agnus.
Ille meas errare boves, ut cernis, et ipsum
ludere quae vellem calamo permisit agresti.

Tityrus:

Hic tamen hanc mecum poteras requiescere noctem
fronde super viridi, sunt nobis mitia poma,
castaneae molles et pressi copia lactis.
Et iam summa procul villarum culmina fumant
maioresque cadunt altis de montibus umbrae.

32. Philemon et Baucis. Philemon et Baucis specimen erga deos pietatis et coniugalis amoris fuerunt. In humili et paupere casa vivevant. Iam veteres erant, cum Juppiter et Mercurius speciem mortalem susceperunt, ut ad eos ignoti venirent. Philemon et Baucis quamvis pauperes essent, hospitio agresti peregrinos comiter acceperunt; lac, mel neces, uvasque iis apposuerunt. Tum Juppiter illis dixit: Dii sumus. Quid pro tam comi hospitio optatis?. Senes communi consensu non optaverunt ut divites essent, sed Philemon: Concordes usque ad hunc diem, -inquit- viximus; facitote igitur ut post parem annorum numerum eadem hora et vita discedamus. Hoc votum modicum et laudabile diis placuit. Ita Philemon et Baucis una felices consenuerunt; postea illum in quercum hanc in tiliam dii converterunt.

33. Héctor y Andrómaca. Troiani, cum Mars eos iam non audivaret, cladi proximi erant. Tum Hector exercitum reliquit, urbem petiit et Hecubam matrem oravit ut cum aliis matronis Minervae animum precibus donisque flecteret. Cum postea ad poelium moveret, Andromacham uxorem quae cum Astyanacte puero ad moenia processerat, vidit illa maritum cum multis lacrimis salutavit et rogavit ne eo die cum hostibus solus pugnaret. "Si- inquit- mortem in proelio invenias, quis nobis consulat?. In te sunt omnes patriae spes". Sed Hector respondit: "Patriam nunquam in periculo deseram" Et ad filium brachia tendit, sed puer, cum patris galeam vidisset, ita territus est ut se subtraheret paterno ampleux. Ubi patrem galeam deposuit ne puerum terreret, Astyanax agnovit patrem et subrisit. Hectos deos obsecravit ut uxorem filiumque pretegerent et rursus ad exercitum venit.

34. Cornelia prefiera a sus hijos. Cornelia filios suos maxime amabat et amici eos propter sapientiam laudabant. Quondam Corneliae amica ornamenta sua monstravit et Cornelia ea ornamenta mirabatur. Tandem "Ubi sunt ornamenta tua?, rogavit amica. Tum Cornelia duos filios suos appellavit. Tiberium et Gaium illos nominaverat. Illi iam appropinquaverunt et mater hoc responsum amicae dedit: "Haec sunt mea ornamenta”, nam filios suos pluris quam omnia ornamenta aestimabat.

35. Rana et bos

Inops, potentem dum vult imiteri, perit.
In prato quondam rana conspexit bovem,
et, tacta invidia tantae magnitudinis,
rugosam inflavit pellem; tum natos suos
interrogavit an bove esset latior.
Illi negarunt. Rursus intendit cutem
maiore nisu, et simili quaesivit modo
quis maior esset. Illi dixerunt bovem.
Novissime indignata, dum vult validius
inflare sese, rupto iacuit corpore.

36. Prólogo al primer libro (Esopo).

Aesopus autor quam materiam repperit,
hanc ego polivi versibus senariis.
Duplex libelli dos est: quod risum movet
et quod prudenti vitam consilio monet.
Calumniari si quis autem voluerit,
quod arbores loquantur, non tantum ferae
fictis jocari nos meminerit fabulis.

37. La zorra y la careta

Personam tragicam forte vulpes viderat;
o quanta epecies, inquit, cerebrum non habet!
Hoc illis dictum est, quibus honorem et gloriam
fortuna tribuit, sensum conmunem abstulit.

38. El parto del monte

Mons parturibat, gemitus inmanes ciens;
eratque in terris maxima exspectatio.
At ille murem peperit. Hoc scriptum est tibi,
qui, magna cum minaris, extricas nihil.

39. La zorra y la uva

Fame coacta vulpes, alta in vinea
uvam appetebat summis saliens, viribus
quam tangere ut non potuit, discendens ait:
nondum matura est; nolo acerbam sumere.
Qui facere quae non possunt verbis elevant,
ascribere hoc debebunt exemplum sibi.

40. El perro sobre el río

Amittit merito propium qui alienum appetit.
Canis per flumen carnem dum ferret, natans
lympharum in speculo vidit simulacrum suum,
aliamque praedam ab alio cane ferri putans
eripere voluit; verum decepta aviditas
et quem tenebat ore dimisit cibum,
nec quem petebat potuit adeo attingere.

41. Andrócles y el león. Androcles erat servus domini Romani in Africa. A domino malo in loca deserta fugit, ubi in spelunca obscura latebat. Olim in speluncam venit leo ferus, qui fugitivum magnopere terruit. Androcles tamen se non movit. Leo lente ad servu appropinquavit et ei monstravit pedem, quem spina longa vulneraverat. Androcles celeriter spinam removit. Jam leo servum benignum amabat; apud amicum manebat. Diu vir el leo in spelunca habitabant.

Denique milites Romani fugitivum procul a spelunca viderunt. Androles se servare temtavit, sed milites eum vulneraverunt. Tum milites servum ad dominum duxerunt. Dominus cum servo in Italiam navigavit. Ille vir dixit: “Cras in arena bestiis te dabo, leones feri te necabunt, Imperator ipse aderit”. Androcles se liberare non potuit; postridie milites eum in arenam duxerunt. Statim unus e leonibus ad servum appropinquavit. Subito autem stitit ad servum venit, pedem monstravit. Non iam leo erat ferus; Androcles erat amicus. Erat idem leo quocum Androcles tam diu in spelulnca habitaverat. Primo populus iratus erat quod leo servum non necavit. Sed imperator, ubi verum cognovit, et Androclem et leonem liberavit.



REFERENCIAS

Bello, A. (1958). Gramática Latina y Estudios Complementarios. Obras Completas. Caracas, Ministerio de Educación.
Blanquez, A. (1967). Diccionario. Barcelona. Editorial Ramón Sopena. (Tres volúmenes: Español/latin y latín/español).
Carrera, L. (1998, 2000, 2004). Latín. Gramática y Ejercicios. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello.
Guillén, J. (1963). Composición y traducción. Salamanca: Sígueme.
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Napolitano, A. (1985). Latín I. Caracas: Biosfera.
Oroz, R. (1967). Latín II. Buenos Aires: Kapelusz Moreno.
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