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domingo, 20 de mayo de 2012

COMPRENSIÓN LECTORA




1. Las teorías de la enseñanza en la comprensión lectora

De acuerdo con María Eugenia Dubois, (En: Quintana, H. E. s.f) si se observan los estudios sobre lectura que se han publicado en los últimos cincuenta años, podemos darnos cuenta de que existen tres concepciones teóricas en torno al proceso de la lectura. La primera, que predominó hasta los años sesenta aproximadamente, concibe la lectura como un conjunto de habilidades o como una mera transferencia de información; la segunda, considera que la lectura es el producto de la interacción entre el pensamiento y el lenguaje; mientras que la tercera concibe la lectura como un proceso de transacción entre el lector y el texto.

a)      La lectura como conjunto de habilidades o como transferencia de información. Esta teoría supone el conocimiento de las palabras como el primer nivel de la lectura, seguido de un segundo nivel que es la comprensión y un tercer nivel que es el de la evaluación. La comprensión se considera compuesta de diversos subniveles: la comprensión o habilidad para comprender explícitamente lo dicho en el texto, la inferencia o habilidad para comprender lo que está implícito y la lectura crítica o habilidad para evaluar la calidad de texto, las ideas y el propósito del autor. De acuerdo con esta concepción, el lector comprende un texto cuando es capaz precisamente de extraer el significado que el mismo texto le ofrece; esto implica reconocer que el sentido del texto está en las palabras y oraciones que lo componen y que el papel del lector consiste en descubrirlo.

Algunas investigaciones revelan que tanto los conceptos de los docentes sobre lo qué es aprender a leer, como las actividades que se llevan a cabo en las aulas no incluyen aspectos relacionados con la comprensión lectora. Esto pone de manifiesto que los docentes comparten mayoritariamente la visión de la lectura que corresponde a los modelos de procesamiento ascendente según los cuales la comprensión va asociada a la correcta “oralización” del texto. Si el estudiante lee bien, si puede decodificar el texto, lo entenderá; porque sabe hablar y entender la lengua oral. Esta teoría tuvo tanto arraigo, que aún hoy día los sistemas escolares basan en ella la enseñanza de lectura; basta con revisar los libros de texto y se encontrará un sinnúmero de recomendaciones y ejercicios donde los estudiantes solamente deben extraer el significado del texto (En: Quintana, H. E. s.f).

b)      La lectura como un proceso interactivo. Los avances de la psicolingüística y la psicología cognitiva a finales de la década del setenta retaron la teoría de la lectura como un conjunto de habilidades. A partir de este momento surge la teoría interactiva dentro de la cual se destacan el modelo psicolingüístico y la teoría del esquema. Esta teoría postula que los lectores utilizan sus conocimientos previos para interactuar con el texto y construir significado. De Kenneth Goodman, líder del modelo psicolingüístico,  parten los siguientes supuestos: 1. La lectura es un proceso del lenguaje; 2. Los lectores son usuarios del lenguaje; 3. Los conceptos y métodos lingüísticos pueden explicar la lectura; 4. Nada de lo que hacen los lectores es accidental; todo es el resultado de su interacción con el texto.

La teoría de los esquemas explica cómo la información contenida en el texto se integra a los conocimientos previos del lector e influyen en su proceso de comprensión. La lectura como el proceso mediante el cual el lector trata de encontrar la configuración de esquemas apropiados para explicar el texto en cuestión. De este modo, el lector logra comprender un texto sólo cuando es capaz de encontrar en su archivo mental (en su memoria) la configuración de esquemas que le permiten explicar el texto en forma adecuada. Cuando una persona lee información sobre un museo o ve imágenes, fotos o lo visita, va agregando cada una de estas experiencias a su esquema de lo que es un museo. Algo que no puede hacer quien no tiene dichas experiencias. Cuando no se ha tenido experiencia alguna sobre un tema determinado, no se dispone de esquemas para activar un conocimiento determinado y la comprensión será muy difícil, si no imposible. Estos esquemas están en constante desarrollo y transformación. En el momento de recibir una nueva información, los esquemas se reestructuran y se ajustan; porque se amplía y perfecciona el esquema existente. (En: Quintana, H. E. s.f).

c)      La lectura como proceso transaccional. Esta teoría viene del campo de la literatura y fue desarrollada por Louise Rosenblatt quien afirma que la obra literaria ocurre en la relación recíproca entre el lector y el texto en una síntesis única que constituye el significado ya se trate de un informe científico o de un "poema". Para este autor, la lectura es un momento especial en el tiempo que reúne un lector particular con un texto particular y en unas circunstancias también muy particulares que dan paso a la creación de lo que ella ha denominado un poema. Este “poema” (texto) es diferente del texto escrito en el papel como del texto almacenado en la memoria. De acuerdo con lo expuesto en su teoría, el significado de este nuevo texto es mayor que la suma de las partes en el cerebro del lector o en la página.


2. El proceso de la lectura

El proceso de la lectura es interno e inconsciente y debe asegurar que el lector comprenda el texto y pueda ir construyendo ideas sobre el contenido, extrayendo de él aquello que le interesa. Este proceso se hace mediante una lectura individual y precisa, que permite avanzar, retroceder, detenerse, pensar, recapitular y relacionar la información nueva con el conocimiento previo. Además deberá tener la oportunidad de plantearse preguntas, decidir qué es lo importante y qué es secundario. Es un proceso interno; imperioso enseñar y se divide en tres: antes de la lectura, durante la lectura y después de la lectura (En: Quintana, H. E. s.f.).

a)      Pre-lectura o lectura exploratoria: que consiste en hacer una primera lectura rápida para enterarse de qué se trata; en este primer paso se consigue.

·        Un conocimiento rápido de del tema.
·        Formar el esquema general del texto, donde se insertan los datos más concretos obtenidos en la segunda lectura.
·        Comenzar el estudio de una manera suave, para entrar en materia con más facilidad.
·        Además puede servir también para dar un vistazo a los apuntes antes de ir a clase. De esta forma, el alumno estará preparado antes de la explicación del profesor y le costará menos atender y enterarse del tema.
·        Poner de manifiesto las dudas que luego se aclararán en clase.
·        Tomar los apuntes con más facilidad.

b)      Lectura comprensiva: que consiste en volver a leer el texto, pero más despacio, párrafo a párrafo, reflexionando sobre lo que se lee. De esta manera se entenderá mejor el tema y será mucho más fácil asimilar y aprender. Durante esta lectura, se debe:

·        Formular hipótesis y hacer predicciones sobre el texto
·        Formular preguntas sobre lo leído
·        Aclarar posibles dudas acerca del texto
·        Resumir el texto
·        Releer las partes confusas
·        Consultar el diccionario
·        Pensar en voz alta para asegurar la comprensión.
·        Crear imágenes mentales, para visualizar descripciones vagas

c)      Después de la lectura: ampliar vocabulario: para ampliar el vocabulario es necesario trabajar con sinónimos y antónimos; hay que buscar en el diccionario las palabras desconocidas. (López Martínez, M. J. s.f.). En esta etapa de la lectura se recomienda:

. Hacer resúmenes
. Formular y responder preguntas
. Recontar
. Utilizar organizadores gráficos

Considerar la lectura como un proceso constructivo conlleva que no deben enseñarse más técnicas aisladas de comprensión y que no se debe comprobar la comprensión lectora, tal como se ha venido haciendo; porque la lectura no es: decodificar palabras de un texto; contestar preguntas después de una lectura literal; leer en voz alta; siempre leer solo y en silencio; una simple identificación de palabras. (En: Quintana, H. E. s.f).

3. Características de los lectores competentes

o   Utilizan el conocimiento previo para darle sentido a la lectura; la información nueva se aprende y se recuerda mejor cuando se integra con el conocimiento relevante previamente adquirido o con los esquemas existentes.

o   Monitorean su comprensión durante todo el proceso de la lectura; así logran el sentido de lo que leen. Los buenos lectores son más cuidadosos en su lectura que los que no lo son; también son más conscientes de cuán bien o cuán mal están leyendo y utilizan diversas estrategias para corregir sus errores de lectura una vez se dan cuenta de la situación. 

o   Toman los pasos necesarios para corregir los errores de comprensión, una vez se dan cuenta de que han interpretado mal lo leído. Los buenos lectores saben lo que se debe hacer cuando reconocen que no entienden la lectura. Si la lectura es difícil dedican más tiempo a la misma, contrario a los menos competentes o con déficit que dedican el mismo tiempo a la lectura, independientemente de su nivel de complejidad. Otra estrategia que utilizan los lectores competentes es que están dispuestos a volver al texto para resolver cualquier problema de comprensión. 

o   Pueden distinguir lo importante en los textos que leen; determinar lo más importante en una lectura resulta fundamental en el proceso de comprensión. Casi todas las lecturas realizadas en los salones de clases, requieren que los lectores determinen lo importante para el autor. 

o   Resumen la información cuando leen; muchos estudios confirman la utilidad de resumir como una estrategia de estudio y de comprensión de lectura. 

o   Hacen inferencias constantemente durante y después de la lectura. Las inferencias son importantes en el proceso de comprensión, y se recomiendan desde los primeros grados.

o   Preguntan. Este proceso de generar preguntas, sobre todo las que estimulan los niveles superiores del conocimiento, llevan a niveles más profundos del conocimiento del texto y de este modo mejora la comprensión y el aprendizaje.

Por otro lado, existe una correlación entre las características de los lectores competentes y las estrategias utilizadas (En: Quintana, H. E. s.f.). La razón principal para enseñar estrategias de comprensión es que los estudiantes se conviertan en lectores autónomos y eficaces, capaces de enfrentar cualquier texto en forma inteligente. Enseñar estrategias de comprensión contribuye a dotar a los alumnos de los recursos necesarios para aprender. El uso autónomo y eficaz de las estrategias de comprensión permite que los estudiantes extraigan el significado del texto completo o de las diferentes partes que lo componen; dirijan su lectura, avanzando o retrocediendo en el texto, para adecuarlo al ritmo y las capacidades necesarias para leer correctamente; y conecten los nuevos conceptos con los conocimientos previos, para incorporarlos a sus esquemas.

4. El docente como lector  modelo

El modelaje es sumamente importante en la enseñanza de la comprensión lectora; por eso, el docente tiene que verbalizar los procesos internos que intervienen en la construcción de significado y tiene que dar a conocer a los estudiantes, mediante su ejemplo, qué deben hacer para controlar la comprensión. El docente deberá detenerse, después de la lectura de cada párrafo, para hacer predicciones de acuerdo con lo que el texto sugiere y deberá explicar, además, en qué medida sus predicciones se cumplieron o no y por qué. Es necesario que manifieste sus dudas y confusiones mientras lee, y cómo las resuelve. (En: Quintana, H. E. s.f).

El aprendizaje de un procedimiento no puede quedarse en la teoría, requiere sus demostración; a la fase de modelar, le sigue la de la participación del estudiante. Esta pretende que primero de una forma más dirigida por el docente (formulando preguntas, por ejemplo) y luego, progresivamente dando mayor libertad (con preguntas abiertas) a que el estudiante participe en el uso de la estrategia que le facilitará la comprensión del texto. En esta fase el docente debe tener siempre presente su meta: lograr que sus estudiantes se conviertan en lectores competentes y autónomos. Ese traspaso progresivo de responsabilidad al alumno es vital. No quiere decir que el docente se va a inhibir completamente, sino que su papel es otro: el de guía, facilitador del proceso de comprensión lectora.

5. Métodos para enseñar estrategias de comprensión

Las recomendaciones en el proceso de la comprensión lectora son las siguientes (En: Quintana, H. E. s.f.):

§  Paso 1 Introducción. El docente avalúa el conocimiento previo de los estudiantes sobre la estrategia, explica a los estudiantes el objetivo de la estrategia y su utilidad para el proceso de comprensión lectora. 

§  Paso 2 Demostración. El docente explica, describe y modela la estrategia que quiere enseñar; los estudiantes responden a preguntas y construyen la comprensión del texto. 

§  Paso 3 Práctica guiada. Los estudiantes leen un fragmento, en forma individual o en grupo y ponen en práctica la estrategia aprendida bajo la tutela del docente. Se recomienda brindar a los estudiantes toda la práctica necesaria hasta que ellos puedan demostrar que dominan la estrategia. 

§  Paso 4 Práctica individual. El estudiante practica independientemente lo aprendido con material nuevo, ya sea en la casa o en la clase. 

§  Paso 5 Auto evaluación. El docente solicita a los estudiantes que autoevalúen el resultado de sus lecturas. 

§  Paso 6 Evaluación El docente utiliza los datos que recopila de los trabajos de los estudiantes y evalúa los procesos de enseñanza y aprendizaje. En otras palabras, saber si los estudiantes dominan la estrategias.


6. Las estrategias de comprensión lectora

§  Las inferencias. Consisten en comprender algún aspecto determinado del texto, a partir del significado del resto; por este medio, se superan lagunas que por causas diversas aparecen en el proceso de construcción de la comprensión. Esto ocurre por diversas razones: porque el lector desconoce el significado de una palabra, porque el autor no lo presenta explícitamente, porque el escrito tiene errores tipográficos, porque se ha extraviado una parte, etc. Los lectores competentes aprovechan las pistas contextuales, la comprensión lograda y su conocimiento general para atribuir un significado coherente con el texto a la parte que desconoce. Por ejemplo, si desconoce el significado de una palabra, leerá cuidadosamente y tratará de inferir el significado de la misma en el contexto. 

§  La formulación de hipótesis y las predicciones.  La lectura es un proceso en el que constantemente se formulan hipótesis y luego se confirma si la predicción que se ha hecho es correcta o no. Hacer predicciones es una de las estrategias más importantes y complejas; mediante su comprobación, se construye la comprensión. Las predicciones consisten en establecer hipótesis ajustadas y razonables sobre lo que va a encontrarse en el texto, apoyándose en la interpretación que se va construyendo del texto, los conocimientos previos y la experiencia del lector. Con la predicción, se formulan preguntas y, en la medida que se da respuesta a esas interrogantes, se eliminan las incertidumbres y se comprende el texto. Cuando un lector anticipa lo que va a suceder, debe confirmarlo en el texto y, para esto, es necesario buscar la evidencia en el texto y no inventar. Hay que buscar pistas de todo tipo: gramaticales, lógicas y culturales, para comprobar la certeza de la previsión. De todos modos, no se debe olvidar que las diferencias, al interpretar una misma historia, es evidencia de cómo los alumnos proyectan sus propios conocimientos y sistemas de valores en la comprensión del texto. (Quintana, H. E. s.f.).

§  Formular Preguntas. Es muy importante estimular a los estudiantes para que formulen preguntas sobre el texto. Un lector autónomo es aquel que asume responsabilidad por su proceso de lectura y no se limita a contestar preguntas, sino también pregunta y se pregunta. Esta dinámica ayuda a los estudiantes a alcanzar una mayor y más profunda comprensión del texto; por eso es necesario formular preguntas que trasciendan lo literal y que lleven a los estudiantes a los niveles superiores del pensamiento. Estas preguntas son las que favorecen a los estudiantes en la comprensión más que en el recuerdo de lo leído. (Quintana, H. E. s.f.)


7. Lectura activa

·         Hay que leer y analizar a la vez para que sea lectura activa y no perder la concentración.
·         Ser activo y rápido puede contribuir a mantener la concentración
·         Responder a las preguntas planteadas y reformularlas, si fuese necesario.
·         Responder a la preguntas que hace el autor del libro.
·         Preguntarse continuamente sobre si se está entendiendo la lectura.
·         Anotar los términos importantes de la lectura.
·         Prestar atención a la letra  itálica, subrayados, gráficos, recuadros, entre otros, y analizarlos cuidadosamente.
·         Releer aquellas partes que no estén claras y anotar al margen.
·         Cuando se encuentre una palabra que no se entiende, se debe buscar su sentido en un diccionario.
·         Subrayar y hacer anotaciones mientras se lee. En una segunda lectura, estas anotaciones ayudarán mucho.

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