EL GÉNERO
1. Masculinos terminados en –a y femeninos terminados en –o
Es bien sabido que, por lo general, los sustantivos que terminan en –o son masculinos. Ej.: El niño está dormido; ese barco está anclado; y los terminados en –a son femeninos. Ej.: La niña está dormida; esa barca está anclada. Pero también es bien sabido que no siempre es así. Hay masculinos que terminan en -a: clima, día, mapa, poema, problema, tema...; las palabras que los acompañan (artículos, determinantes, adjetivos) por tanto son masculinos. Ej: El clima es muy húmedo; este problema es muy complicado. Existen, además, algunos femeninos que terminan en –o. Son únicamente dinamo (artefacto que, apoyado en la rueda de la bicicleta, gira y da luz), mano, nao y seo (palabras estas últimas muy antiguas y que se usan muy poco en español: significan respectivamente “nave” y “catedral”). Ej: La dinamo está estropeada. Tiene la mano inflamada. Dentro de este último apartado conviene destacar que algunas palabras, como reo, socio, testigo y miembro pueden ser masculinos y femeninos, Ej: El reo fue condenado /La reo fue condenada. Nuestro socio es muy simpático /Nuestra socio es muy simpática. Ese testigo está nervioso / Esa testigo está nerviosa. Luis y Carlos son miembros de la Cruz Roja / Ana y Paula son miembros de la Cruz Roja. Por tanto, no existen: “rea”, “socia”. “testiga” y “miembra”.
2. Otras terminaciones
En –d y –z. (La ciudad y la paz; el césped y el arroz). Son generalmente femeninos: ciudad, edad, enfermedad, verdad, cruz, faz, paz. Ej: La ciudad está muy limpia. La paz es necesaria. Hay, no obstante, algunas excepciones. Son masculinos, por ejemplo: abad, ataúd, césped, albornoz, arroz y matiz. Ej.: Este césped está seco /El arroz está muy duro.
En –e (¿El aceite o la aceite?). Lo más normal es que sean masculinos: aceite, diente, guante, estante, esmalte. Ej: El aceite es caro. Existen, claro está, excepciones. Son femeninos: base, catástrofe, suerte, tardes: Ej.: Tiene una suerte tremenda. Las palabras “tilde” y “puente”, según la Real Academia Española, son indistintamente masculinas o femeninas, aunque lo normal, y lo más recomendable, es “la tilde” y “El puente”. Por otra parte, consorte o cónyuge son masculinos o femeninos, según se refieran a hombre o mujer. Ej.: El consorte fue denunciado /La consorte fue denunciada. El cónyuge debe ser respetado / La cónyuge debe ser respetada
En –n (El melón y la canción). También suelen ser masculinos: melón, algodón, andén, almacén, camión, corazón.. Hay algunos femeninos, muy pocos, como sartén. Son también femeninos casi todos los sustantivos terminados en –ión: nación, canción, religión, redacción, estación, reacción. Ej: La reacción del equipo fue inmediata.
En – r (¿El azúcar o la azúcar?). De los sustantivos terminados en – r sólo son femeninos: flor, labor y mujer. El resto son masculinos: lugar, solar, dolor, amor, comedor, reactor, azúcar. Ej: Ha comprado mucho azúcar moreno. Calor se usa casi únicamente como masculino: Hace muchísimo calor; como femenino, se usa coloquialmente en algunos lugares de Andalucía: Hace mucha calor. Color en la actualidad es masculino, aunque el femenino se admite en usos cultos o regionales. Mar admite masculino y femenino, aunque se usa casi siempre como masculino. Por lo general, hablan de la mar quienes viven junto a ella o de ella: Hoy la mar está picada. Recordemos al gran poeta español, Antonio Machado, cuando se refiere a los pescadores como hijos de la mar.
En – s (El compás, la caries, la apendicitis y la artrosis). En cuanto a los sustantivos terminados en – s, las palabras de más uso son generalmente masculinas: interés, compás, parchís, autobús. Aunque también tengamos “la tos”. Los femeninos suelen ser palabras menos utilizadas, técnicas o cultas: tesis, bilis, caries, crisis, elipsis, hipótesis, mies, paráfrasis, parálisis, perífrasis, simbiosis, síntesis, sintaxis, tisis. Son también de género femenino todos los tecnicismos médicos terminados en –itis, por lo general, nombres de enfermedades: apendicitis, artritis, colitis, otitis, pancreatitis. Así como todos los tecnicismos médicos, veterinarios, biológicos o botánicos, nombres también de enfermedades, terminados en –osis: artrosis, cirrosis, grafiosis, micosis, mixomatosis, osteoporosis.
En –l (Papel y cárcel). Se trata, prácticamente en su totalidad, de sustantivos masculinos: ángel, hotel, papel, mármol, cartel, clavel...Como casi siempre, hay algunas excepciones: cárcel.
3. Femeninos de profesiones o actividades
Nombres terminados en – o y – r. Las profesiones o actividades terminadas en –o, o en – r hacen su femenino de la forma habitual, es decir, en – a. Ej: Abogada, camarera, diputada, médica, ministra, profesora, corredora, jugadora, escritora, senadora. La Real Academia Española, como norma general, sugiere que la mayor parte de las profesiones que sirven para el masculino y para el femenino, es decir, aquellas que no terminan en –o, -a, se usen siguiente la norma lógica: el /la juez – aunque el D.R.A.E. también recoja “jueza”. Y lo mismo para casos como el/ la oficial, el / la fiscal, el /la concejal, el /la asistente, y el /la ayudante. No obstante, son perfectamente aceptables femeninos muy utilizados y que el uso ha impuesto, como “asistenta” ( en el caso de “empleada del hogar”), dependiente, clienta.
Nombres terminados en –ista. Como en el caso anterior, las palabras terminadas en –ista, que hacen referencia a una actividad profesional o a una ideología son indistintamente masculinas o femeninas, según se refieran a un hombre o a una mujer. EJ: el /la artista; ese /esa dentista; el turista alemán /la turista alemana; el periodista deportivo /la periodista deportiva; el diputado socialista /la diputada socialista.
Nombres terminados en – ante. También son indistintamente masculinos o femeninos los nombres que terminan en –ante, referidos también a profesionales o actividades. Ej Carlos Gardel fue un cantante Argentino/ Gloria Estefan es una cantante cubana. En esa película han participado muchos hombres como figurantes. En esa película han participado muchas mujeres como figurantes.
Nombres de títulos universitarios. Según informe de la Real Academia, fechado en 1930, los títulos universitarios han de tener “distinta denominación, masculina o femenina, según el uso de la persona que lo posea”. Es decir, que bachillera, licenciada, doctora, decana, arquitecta y rectora, están admitidos en nuestra lengua desde hace bastantes años y, por lo tanto, se pueden utilizar. Otra cosa diferente es el uso de los hablantes –hombres y mujeres- que han impuesto licenciada, doctora, decana e, incluso, rectora, y han olvidado, casi por completo, bachillera y arquitecta. Últimamente, con ánimo de unificar criterios, la Academia ha sugerido, no impuesto, que la denominación general del título debería ser indistinta: Título de bachiller, título de licenciado y doctor. Ej.: Luis /Marta ha obtenido el título de licenciado en Físicas. Otra cosa sería la aplicación concreta a personas, que debe hacerse según su sexo: Ej: Luis es licenciado en físicas /Marta es licenciada en Físicas. Algunos femeninos significan exactamente lo mismo que el masculino correspondiente, pero añaden el significado de “más grande”: bolso (de mano) /bolsa (de supermercado o de viaje); cántaro / cántara, charco /charca. Cubo /cuba, farol /farola, saco /saca.
4. Algunos casos especiales
a) Autodidacta y políglota ( o poliglota). Muchas veces se piensa que autodidacta (el que aprende solo) únicamente existe con esta forma y que, por tanto, se dice el / la autodidacta. No es cierto. Sigue la regla general, por lo que, según el Diccionario de la Academia, lo correcto es decir un hombre autodidacto y una mujer autodidacta. Existen también las formas polígloto /políglota (persona que habla varias lenguas), aunque lo más frecuente es el empleo del femenino: hombre políglota /mujer políglota. Las formas llanas etimológicas poligloto/ poliglota, se usan actualmente muy poco.
b) Modisto y sastra. Hasta hace poco sólo se admitían modista, mujer que confecciona vestidos y trajes para mujeres, y sastre, hombre que confecciona trajes para hombres. No tenían, por tanto, ni masculino ni femenino, respectivamente. En la actualidad, debido a la importancia social y cultural de la moda, se admiten “modisto”, hombre que confecciona ropa para mujeres, y “sastra”, mujer que realiza vestidos par hombre.
Tomado de Buitriago, A. y Torijano, A. (2001). Ortografía esencial del español: la mejor guía para escribir correctamente el español. Madrid: Espasa Calpe. Biblioteca El Nacional.
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