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sábado, 10 de abril de 2010

SIGNOS DE PUNTUACIÓN

Lectura: El testamento de don Facundo (Escandón, 1990: 69)

Al leer el testamento de Don Facundo, el juez informó: "Supongo que ya ustedes tendrán el caso resuelto, según la forma que cada uno de ustedes lo interprete. Pongan mucha atención, porque voy a leerlo de la misma manera que lo redactó el difunto. Dice así: Dejo mis bienes a mi sobrino no a mi suegra tampoco se pagará la cuenta del sastre nunca de ningún modo para los mendigos todo lo dicho es mi deseo yo Facundo Fonseca".

La suegra fue la primera en responder y se expresó de la siguiente manera: "Es verdad que el testamento de mi yerno carece de signos de puntuación, pero conociendo bien a ese hijo mío, estoy segura de que ésta fue su voluntad". Después de hacer la puntuación conveniente, lo lee: “¿Dejo mis bienes a mi sobrino? No. A mi suegra. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para los mendigos. Todo lo dicho es mi deseo. Yo, Facundo Fonseca".

El sobrino refutó con las siguientes palabras: "Señor juez, la suegra del difunto está equivocada. Yo no creo que mi tío, que en paz descanse, haya querido favorecerla. Su intención fue otra, como quiero demostrarlo con mi puntuación: Dejo mis bienes a mi sobrino, no a mi suegra. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para los mendigos. Todo lo dicho es mi deseo. Yo, Facundo Fonseca".

El sastre también opinó:" Quiero demostrarles a ustedes, con permiso del honorable juez, cuál es la verdadera puntuación: ¿Dejo mis bienes a mi sobrino? No. ¿A mi suegra? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para los mendigos. Todo lo dicho es mi deseo. Yo, Facundo Fonseca".

Un mendigo que estaba presente dijo: "Usted, como buen sastre, ha hecho una buena puntuación a la medida de sus intereses. Pero está muy equivocado. La verdadera puntuación es la siguiente: "¿Dejo mis bienes a mi sobrino? No. ¿A mi suegra? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta del sastre? Nunca, de ningún modo. Para los mendigos todo. Lo dicho es mi deseo. Yo Facundo Fonseca".

El juez concluyó: "Pues, señores, yo creo que el señor Facundo Fonseca, aunque carecía de instrucción, como lo demuestra este galimatías, conocía al dedillo a sus semejantes. El no supo puntuar su testamento, pero lo que en realidad quiso decir fue lo siguiente: ¿Dejo mis bienes a mi sobrino? No ¿A mi suegra? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los mendigos. Todo lo dicho es mi deseo. Yo, Facundo Fonseca".

El sastre, la suegra, el sobrino, el mendigo preguntaron: "¿Entonces el señor Fonseca no dejó herederos y la fortuna pasará a manos del Estado?. A lo que el juez respondió: "Así lo es, en efecto. Y visto y considerando que esta última interpretación se aviene más que ninguna otra al espíritu de las leyes, declaro terminado el juicio y en consecuencia hago entrega de la herencia al Estado.

Los signos de puntuación (RAE. Ortografía de la Lengua Española, 1999: 55).

El punto. El punto separa oraciones cuando los pensamientos que ellas contienen, aunque relacionados entre sí, no lo están de modo inmediato. Es decir que la diferencia entre “punto” y “punto y coma” es muy sutil, es cuestión de matiz. Tanto es así que muchos autores colocan “puntos” donde otros utilizan “punto y coma” y viceversa.

Se distinguen las siguientes clases de punto:

Punto y seguido. Separa enunciados que integran un párrafo. Después de un punto y seguido se continúa escribiendo en la misma línea. Ej. Salieron a dar un breve paseo. La mañana era espléndida.

• Punto y aparte. Separa dos párrafos distintos, que suelen desarrollar dentro de la unidad del texto, contenidos diferentes. Después del punto y aparte se debe escribir en una línea diferente y respetar la sangría. Ejemplo:

El mar estaba embravecido aquel día. Los barcos bailaban sobre el agua sorteando las olas con dificultad.

Miguel, sentado en el muelle, esperaba el regreso de su padre. Atisbaba el horizonte buscando su barco con la mirada.

Punto final. Es el que cierra un texto.

Punto y coma. Indica una pausa superior a la marcada por la coma e inferior a la señalada en el punto. Ej. La muchacha, gozosa, corría por toda la casa; sus padres acababan de llegar.

Punto suspensivo. Suponen una interrupción de la oración o un final impreciso. Ej. Se convocó a una junta, se distribuyeron centenares de invitaciones y, al final, nos reunimos… cuatro personas.

Dos puntos. Se usan como llamada de atención, sirven para indicar o avisar algo que viene a continuación de un escrito. El caso más frecuente se observa en la trascripción o citas textuales. Ej. Ya lo dijo Descartes: “pienso, luego existo”.

Nota: Los títulos y los subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte, etc., cuando aparecen aislados, no llevan punto final.

La coma. Indica una pausa breve que se produce dentro del enunciado. Se usa en los siguientes casos:

• Separa los miembros de una enumeración, salvo los precedidos por alguna de las conjunciones y, e, o, u. Ej. Es un chico muy reservado, estudioso y de buena familia.

Para aislar el vocativo del resto de la oración. Ej. Julio, ven acá. Estoy alegre, Isabel, por el regalo.

• Con incisos o frases explicativas. Ej. En ese momento Adrián, el marido de mi hermana, dijo que nos ayudaría.

• Inversión del orden. Para indicar que se ha invertido el orden normal de las oraciones o se ha adelantado lo que debería ir después. En este caso, se tomará en cuenta cuando se coloque la oración subordinada delante de la principal o cuando un complemento de verbo se coloque al comienzo de la oración o se anteponga al sujeto y la oración sea de cierta extensión. Ej. Dinero, ya no le queda.

Indicar omisión. Ej. Juan canta bien, Pedro no.

• Generalmente se usan para separar oraciones yuxtapuestas, coordinadas y subordinadas. Ej. Puedes llevarte mi cámara de fotografía, pero ten mucho cuidado.

Nota: Debe evitarse separar el sujeto y el predicado mediante el uso de la coma. Ej. Las estanterías del rincón, estaban perfectamente organizadas.

Los signos de interrogación (¿?) y exclamación (¡!). Encierran enunciados que, respectivamente, interrogan o exclaman. Ej. ¿Dónde has comprado el traje?, ¡Eso es una injusticia! En su uso se deben tener en cuenta lo siguiente:

• Los signos de interrogación y de admiración se ponen al principio y al final de la oración que deba llevarlos: ¿Dónde te compraste el reloj?

• Después de los signos que indican cierre de interrogación o exclamación (?!) no se escribe nunca punto.

• No debe abusarse de ellos, porque el estilo resultaría declamatorio.

• En el diálogo son necesarios para describir al lector el tono de voz (emotivo, airado, etc.) del personaje que habla.

• Estos signos, aunque sirven de punto y punto final, no excluyen el uso de los demás signos de puntuación.

• Si las oraciones con interrogación o admiración son varias, breves y seguidas, no hay necesidad de empezarlas con letra mayúscula, excepto la primera. ¿Dónde has estado?, ¿qué has hecho durante toda la tarde?, ¿con quién has comido?

• Después de una interrogación o admiración se escribe minúscula si lo que sigue completa lo dicho en ellas. ¿Te gustan los bombones?, preguntó la abuela.

• El signo de principio de interrogación o de admiración se coloca donde comienza la pregunta o el sentido admirativo, aunque ahí no comience el período. Si no consigo convencerte, ¿de qué me sirven tantas palabras?

Los guiones. Se distinguen el “guión menor” para indicar al final de un renglón que una palabra no ha terminado y continúa en la siguiente. A veces se usa en determinadas palabras compuestas. El “guión mayor” o raya sirve para separar elementos intercalados en una oración; representa un grado mayor de separación que las dos comas de las oraciones incidentales. Se usa raya (-)

• Delante de las expresiones de cada uno de los interlocutores que intervienen en el diálogo.

• Para encerrar aclaraciones que se hacen en medio del discurso, igual que se emplea el paréntesis. Ej.: Francisco de Goya - genio pictórico de principios del siglo XIX- fue un precursor del impresionismo.

Los paréntesis sirven para separar, dentro de una oración, los elementos incidentales pero con mayor grado de separación que el indicado por los guiones. Se usa paréntesis:

• Cuando se interrumpe el sentido del discurso y se introduce una aclaración. El castellano (lengua oficial de la mayor parte de los países hispanoamericanos) está siendo invadido por el idioma inglés.

• Para indicar datos concretos o notas breves. Napoleón (1769-1821) fue un genio militar.

• En las obras dramáticas, para encerrar lo que dicen los interlocutores aparte o las indicaciones para su representación. (Señalando la caja sobre la mesa) Ahí está la prueba de tu delito.

Las Comillas (“”). Se emplean:

• Al principio y al final de las citas textuales. Dice un escritor célebre: “El hombre tiene aptitud, por su naturaleza, para habitar en todos los países del mundo”

• Para enmarcar palabras de otro idioma. Más de cien corredores participan en el “tour” de Francia.

• Para destacar alguna palabra que se emplea con sentido distinto al usual. Como es tan “espléndido”, me invitó a comer para que yo pagara.


EJERCICIOS PRÁCTICOS

I. Coloque el signo de puntuación en las oraciones que se le da a continuación. 1. Vamos compañeros apuren la marcha. 2. Ella es atenta correcta fina delicada sociable y afectuosa. 3. Andrés Bello es el célebre gramático venezolano vivió y murió en Chile. 4. Pero mujer no compares ahora están aquí José María Salomé y Miguel para hacerse compañía. 5. Como has decidido irte nada puedo decir que te lo impida. 6. O Pedro se va a casa o tendré que ir yo. 7. Hablemos del presente de esta vida nuestra rápida moderna eficiente ustedes hablen de un pasado muerto sin vigencia. 8. La sangre de los buenos dijo Martí no se vierte nunca en vano. 9. Sabiduría sí pero me pregunto cómo alcanzar la sabiduría. 10. Sí amigo mío he aquí lo que os hará desdichado para toda la vida. 11. No pude venir estaba ausente de la ciudad. 12. Anímese a escribir sobre cualquier asunto por ejemplo sobre los beneficios de la estilística. 13. Se levantó y dijo si me conceden diez minutos les expondré la idea. 14. Cuando llega la primavera los campos florecen.

II. Indique por qué se ha colocado la puntuación en el siguiente fragmento. Señale si se trata de serie, vocativo, inciso explicativo, coordinada adversativa, punto y seguido, aparte, final, antes de citas textuales, inversión del orden, significación especial o indicar citas textuales. Como el dinero, (1) también las palabras valen cada día menos. (2) Palabras en antaño respetables, (3) venerables y hasta santas se pronuncian hoy sin circunspección alguna. El término “maestro” (4), (5) por ejemplo, (6) ha sufrido una desvalorización total. Hace pocos años, (7) el maestro era una persona de consideración peculiar. (8) Hoy, (9) en las calles se Caracas, (10) maestro es el bípedo parlante, (11) adulto del sexo masculino, (12) al que le falta mucho todavía para tener la categoría de señor. “Cierra la puerta, (13) maestro” (14), (15) le ordena a uno el chofer del carrito por puesto. (16)

Antes, (17) “maestro” era un título de honor. Maestros eran los hombres excepcionales que supieran contribuir con su palabra y su ejemplo a la humanización del hombre. Para Occidente, (18) la figura ideal del maestro ha llegado a ser el lejano Sócrates: (19) un dechado de virtud, (20) sabiduría e inteligencia cuya enseñanza era la mejor y, (21) a la vez, (22) la más barata. Lamentablemente, (23) la historia no revela el secreto de cómo subsistía y daba de comer a su mujer Xantipa y a los muchachos. Buscando el pelo en la sopa, (24) este Don Quijote de la enseñanza ha resultado fatal para los maestros, (25) pues inspira a los Ministerios de Educación de todos los países a pagarles a los maestros lo menos posible, (26) para que sean dignos y nobles como Sócrates. (27)



III.- Explique por qué se han utilizado los signos de puntuación en las siguientes frases. 1. Los jóvenes, quienes ingresaron este año a la Universidad Católica Andrés Bello, aprobarán el curso. 2. Caracas, nuestra capital, es una ciudad muy bulliciosa. 3. Eres mi amigo, por consiguiente debes comprenderme. 4. El domingo, como estaba previsto, llegó Rebeca. 5. Paz, trabajo y amor: ésa es la verdadera felicidad. 6. Debía decirle a usted, pero no… es mejor no decirle nada. 7. En el fondo del laberinto cantaba la fuente como un pájaro escondido, y el sol poniente doraba los cristales del mirador donde nosotros esperábamos: era tibio y fragante.8. Invitamos a los cuarenta estudiantes a la fiesta, y vinieron… tres. 9. Al otro lado del valle, el molino ardía envuelto en llamas, y una columna de humo se elevaba en la atmósfera densa y apacible.

Nota: este material ha sido tomado del texto: Carrera, L; Vázquez, M; Díaz, M.E. (2002). Técnicas de Redacción e Investigación Documental. Caracas: Autor.

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