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martes, 14 de diciembre de 2010

LÍRICA BARROCA


CONTEXTO: EL ARTE BARROCO

El arte barroco, contexto en el cual se mueve la lírica de la época, es un fenómeno complejo de índole social, político y religioso. El barroco es la continuación al manierismo italiano que prevalece durante la primera mitad del siglo XVI. Si el manierismo comienza a usar los cánones clásicos con artificiosidad, el barroco que le sucede abandona la serenidad clásica para expresar un mundo en movimiento y agitación de los sentidos. Por tanto, la tendencia del barroco es a la exageración y la ostentación.

Origen del Arte Barroco

• Causas Político religiosas. Se suele decir que el Arte Barroco es el arte de la Contrarreforma. Para reaccionar contra la severidad e iconoclastia del Protestantismo, la Iglesia Católica alentó la edificación de templos con profusión de escultura. También dirigió a los artistas a alejarse de los temas paganos que tanta aceptación tuvieron durante el Renacimiento, así como evitar los desnudos y las escenas escandalosas. Tanto en las artes visuales como en la música, la influencia de la Iglesia sobre los artistas iba dirigida a emocionar y enardecer la devoción mediante estímulos psicológicos. Estas normas aparentemente conservadoras y austeras derivaron, sin embargo, en este arte suntuoso y recargado que llamamos Barroco.

• Causas sociales y psicológicas. El siglo XVII fue una época de guerra y violencia como en pocas fases de la historia europea. La vida se veía frecuentemente atormentada por dolor y muerte. Por eso también era más necesaria que nunca la exaltación de la vida agitada e intensa para el hombre barroco. En ese contexto, se experimentaba el empuje de amar las pasiones de la vida así como el movimiento y el color, como si de una magna representación teatral se tratase. De hecho, se ha indicado con acierto que en las artes plásticas, el barroco intenta reproducir la agitación y vistosidad de la representación teatral. Al igual que una representación dramática se apoya en un decorado vistoso y efímero, la arquitectura barroca se subordina a la decoración, que ha de ser espectacular.

La sociedad y la ideología del Barroco en España

Se le da en nombre de barroco a la ideología y los modos artísticos resultantes que, prefigurándose hacia finales del siglo XVI, acabaron imponiéndose en el XVII y que vinieron a sustituir al renacimiento como modo artístico e ideología dominante. La España en la que ve la luz el barroco estaba sumida en una profundísima crisis y en una decadencia imparable, produciéndose la paradoja –que se corresponde en el orden artístico con el gusto por el contraste- de que aunque el país seguía siendo una potencia de primer orden, era un imperio que se resquebrajaba, gobernado por unos monarcas incapaces, ambiciosos, una administración corrupta y con un pueblo mermado por la escasez.

Estas circunstancias sociales y políticas determinaron en los intelectuales españoles y en el pueblo una ideología que supone un giro radical respecto a la del humanismo del siglo XVI. Si esta fue una centuria dominada por el optimismo y el vitalismo, por la fe en la vida y en el hombre, el siglo XVII da paso a la doctrina del desengaño. Es un siglo, motivado por los reveses nacionales, pesimista, en el que la vida y el hombre se ven desvalorizados y se contemplan como un doloroso problema. La vida, el hombre, España, adquieren unos tintes problemáticos a la luz de un nuevo pesimismo. Igualmente, frente a afán secularizador del humanismo, el barroco vuelve, como hijo de la Contrarreforma católica, los ojos a la religión y el teocentrismo, con lo que en muchos aspectos supuso un salto hacia atrás al recuperar modos ideológicos del Medievo, aunque las artes, y particularmente la literatura brillaron con una luz inusitada. El barroco, junto con el renacimiento, constituye en las letras españolas lo que se ha venido tradicionalmente llamando el Siglo de Oro.


CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA LITERATURA BARROCA

1. Así como el renacimiento buscaba provocar en el lector una impresión de apacible belleza y serenidad, el barroco es un arte efectista, que persigue sorprender, maravillar al lector con el tratamiento de los temas y el estilo. Como decía Góngora, él pretendía que el lector, tras penetrar la cáscara de la almendra que eran sus poemas, experimentara asombro y maravilla

2. Aunque se siguen los cánones de los géneros y se admira a los clásicos, el escritor barroco busca una literatura más personal y afirma su individualidad y originalidad como escritor.

3. Frente al equilibrio y serenidad renacentista, el barroco se inclina hacia la exageración y el retorcimiento. De hecho, el barroco tiene en su base el arte del renacimiento, pero sometido a la máxima tensión. Se trata de un mundo de variaciones sobre el arte renacentista, en el cual las metáforas, las ideas, los temas, los tópicos, se siguen reconociendo como renacentistas pero perdiendo su equilibrio clásico y siendo sometidos al retorcimiento, la exageración y el amontonamiento.

4. Fuerte presencia del tema del desengaño: las cosas no son lo que parecen, los sentidos nos engañan. Esta idea tiene repercusión en un importante tópico: el engaño a los ojos.

5. Es una literatura de contrastes, en la que se mezclan lo bello y lo grotesco, lo refinado y lo grosero, lo claro y lo oscuro. Pero sobre todo, el contraste entre la deformación caricaturesca de la realidad y la belleza estilizada.

6. Frente a la naturalidad y sencillez del estilo renacentista, el barroco es artificioso y complicado. Busca, a sabiendas, la dificultad, pues pretende ser un arte ajeno al vulgo, accesible sólo a minorías cultas. Pretende un nuevo tipo de lector que desentrañe con dificultad el sentido del texto, y que tras vencer dicha dificultad, experimente, en palabras de Góngora, “asombro y maravilla”.
Estas son las características puramente barrocas de la literatura española. Pero hay que precisar que nuestros poetas también cultivaron la poesía fácil de temas y formas populares, lo cual incide nuevamente en esos contrastes tan barrocos a los que hacíamos referencia arriba.


LA LIRICA BARROCA


La lírica barroca representa la ruptura del equilibrio renacentista; este cambio se lleva a cabo por medio de dos tendencias: el culteranismo, representado por Luis de Góngora, y el conceptismo, encabezado por Francisco de Quevedo. Ambos poetas mantuvieron entre sí una gran rivalidad y son, junto con Lope de Vega, los principales autores de la lírica barroca. Esta nueva poesía reflejó los contrastes característicos de la época y, de este modo, junto a un tratamiento serio de temas como el desengaño o la muerte, se desarrolló una tendencia poética de carácter humorístico y satírico. El Barroco admite una gran variedad de asuntos, pero entre ellos destacan algunos como los sueños o la mitología.

En cuanto a las formas, la poesía barroca se caracteriza por alternar la métrica culta procedente de Italia, como el soneto, con formas de la literatura popular, como los romances, las coplas o las letrillas. Los autores cultos manifiestan un gusto por la literatura tradicional y componen parte de sus obras en este estilo. En esta época se desarrolla abundantemente lo que conocemos por Romancero Nuevo. Así pues, los géneros y la métrica siguen siendo esencialmente los mismos que en el Renacimiento. La poesía barroca se caracteriza por perseguir la originalidad y por buscar la admiración del lector mediante el ingenio. Esto ocasiona que en el Barroco abunde el empleo de los recursos retóricos, lo que contribuye a que, en ocasiones, la poesía de esta época sea oscura y difícil de forma consciente.

Por otra parte, el Barroco busca la ruptura del equilibrio entre forma y contenido que caracterizaba a las obras literarias del período anterior. Este propósito común de desestabilizar se encuentra en la base de las dos principales tendencias renovadoras de la época, a las que se ha hecho referencia anteriormente: el culteranismo y el conceptismo.

Así pues, habría que considerar en el Barroco literario español dos cuestiones fundamentales:

1. Las teorías estéticas de la época. En el Barroco es especialmente significativa la influencia grecolatina; al tratarse de una cultura heredera de la cultura humanista y renacentista, lo grecolatino se manifiesta en los temas (la mitología, modelos para la trama y argumento de obras teatrales, poemas narrativos, etc.) y en las formas (comedia, sátira, epístola, diálogo filosófico, etc.). De modo que obras como la Fábula de Polifemo y Galatea o la Epístola moral a Fabio son, en este sentido, obras plenamente barrocas; precisamente porque el fondo clasicista aporta unidad intelectual conseguida en los diversos países europeos, a pesar de las diferencias idiomáticas y religiosas, pues todos manejaban las mismas fuentes e imitaban modelos comunes.

Ahora bien, el Barroco introduce una nota innovadora y casi revolucionaria en materia estética: la consideración de lo vulgar como materia poética. La teoría clasicista ortodoxa diferenciaba como incompatibles el estilo grosero o vulgar y el estilo elevado o sublime, siendo precisamente éste último el que los tratadistas consideraban como el exclusivo de la expresión literaria. Sin embargo, también el vulgo se convierte en elemento de referencia obligatoria en la poesía barroca; los poemas burlescos de Quevedo, llenos de procacidades y vocablos obscenos son ejemplos significativos de esto. Pero también lo vulgar provoca el nacimiento de una tendencia aparentemente contraria: la culturalista o culterana que no deja de ser, en determinados aspectos, una expresión extrema o radicalizada de los rasgos que se le atribuían al estilo elevado o sublime.

2. El humanismo vitalista constituye un principio ético y estético del Barroco. Las tensiones políticas, económicas, sociales y religiosas producen una cosmovisión basada en los sentimientos de inestabilidad, desilusión y pesimismo, y que a su vez se manifiesta a través de un doble cauce expresivo:

• El individualismo, el Barroco deriva de una consideración individualista de ser humano, de una exaltación de su propio valor y de su actuación en el mundo. El humanismo vitalista del Barroco realza el contraste entre el mundo cambiante, efímero, traidor y engañoso y el individuo que, a pesar de su condición de mortal y perecedero, constituye la única medida válida para contemplar el mundo. Esta contradicción entre el mundo cambiante y la individualidad valiosa explica la moda de lo feo que invade la pintura y la poesía: el gusto por retratar seres deformes, bufones, viciosos... en tanto plasmación original de esa especificidad humana.

Por otra parte, el mundo, aunque problemático y hostil, sigue siendo contemplado con la visión que en su momento aportara el Renacimiento. Es decir, como una recreación sensorial de todo cuanto tiene vida y como una exaltación de las cualidades inherentes a los objetos. Todos los elementos de la naturaleza, incluso los objetos de la vida cotidiana, cobran vida propia y son realzados en su individualidad.

• Al mismo tiempo que la exaltación de la individualidad material, el Barroco se siente atraído hacia lo sobrenatural. Ello es una influencia innegable del Concilio de Trento y la Contrarreforma y provoca el afán por la espiritualidad: en todos los objetos se busca el alma, el espíritu que los anime y les dé razón de su existencia. De modo que se materializa lo espiritual y se espiritualiza lo material: en una poesía y una pintura aparentemente “realistas” se oculta un fondo trascendente que trata de hallar un más allá profundo que supera la materialidad superficial de los objetos.
Finalmente, la crítica especializada que ha abordado el estudio del Barroco señala como rasgo fundamental de su estética el que se trata de un arte teatral basado en:
o Dinamismo. El artista barroco desea crear sensación constante de movimiento. Frente al predominio de las líneas rectas en el arte renacentista, el Barroco se vale, sobre todo, de la línea curva.

o Emotividad. El artista intenta conmocionar emotivamente al espectador y para ello recurre a procedimientos hiperrealistas. Esta intencionalidad se aprecia, por ejemplo, en la representación de Cristos yacentes y en toda la imaginería sacra.

o Decorativismo y suntuosidad. El artista del Barroco atiende por igual a lo esencial y a lo accidental. De ahí su minuciosidad en la composición de pequeños detalles y su gusto por la ornamentación.

o Contraste. El artista barroco se manifiesta contrario al equilibrio y a la uniformidad del Renacimientosd. Su ideal es acoger en una misma composición visiones distintas, y hasta antagónicas, de un mismo tema. En los cuadros de asunto mitológico, por ejemplo, los dioses aparecen mezclados con personajes del pueblo.

LA LÍRICA BARROCA EN ESPAÑA: EL CULTERANISMO Y EL CONCEPTISMO


Se podría, en principio, hablar de dos direcciones en la lírica barroca española: la del conceptismo y la del culteranismo, aunque en realidad ambas parten de una misma concepción de la vida y el arte y se interfieren mutuamente.

1- El culteranismo, cuyo máximo inspirador es Góngora, pretende crear un mundo de belleza absoluta basándose, estilística y temáticamente en:

- Importancia de los valores sensoriales.
- Metáforas audaces y de oscura interpretación.
- Léxico culto de procedencia latina y griega.
- Hipérbaton frecuente.
- Fuerte presencia de la mitología.
2- El conceptismo, representado por Quevedo, se basa sobre todo en asociaciones ingeniosas de palabras e ideas, en el juego de palabras y en condensar un pensamiento en frases concisas, frente al mayor retoricismo del culteranismo.

No obstante, no se puede trazar una frontera insalvable entre ambas corrientes, puesto que es tan posible encontrar momentos culteranos en Quevedo como conceptistas en Góngora. Tanto un movimiento como el otro son hijos de la concepción barroca del arte y se encuentran unidos por un denominador común: el de la dificultad y el del concepto que consiste en relacionar, por un acto del ingenio poético, cosas muy dispares.

PRINCIPALES AUTORES

Luis de Góngora

En él se aprecian dos vetas poéticas:

1- Poesía de inspiración popular, en la que destacan sus romances y en la que realiza una recreación culta de la poesía cantada por el vulgo sin que por ello pierda su frescura. Es una poesía sencilla.

2- Poesía culta, donde nos encontramos al poeta más barroco, oscuro y hermético, una poesía minoritaria. Sus poemas Soledades y Fábula de Polifemo y Galatea son su obra cumbre en esta dirección de su poesía.
Francisco de Quevedo

Fue uno de los hombres más cultos de su tiempo y el escritor en quien mejor se encarna el sentimiento de desengaño y pesimismo del barroco. Su obra está presidida por una gran variedad de registros: cultivó distintos géneros (poesía culta y popular, ensayo filosófico, novela, teatro…), distintos temas (religioso, metafísico, político, amoroso…) y distintos tonos (serio, burlesco, procaz…). Heterogeneidad que, en definitiva, hace de él un digno ejemplo del contraste barroco.


FUENTES  CONSULTADAS

Kalipedia
http://www.kalipedia.com/lengua-castellana/tema/lirica-barroca-caracteristicas-generales.html?x=20070418klplyllic_216.Kes&ap=0

La lírica en el Barroco: Góngora, Lope de Vega y Quevedo.
http://sapiens.ya.com/apuntesweb2004/liricabarroco.htm

Educared
http://portales.educared.net/wikiEducared/index.php?title=La_l%C3%ADrica_en_el_Renacimiento



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