Los factores ambientales pueden incidir en la eficacia de
estudio; por lo tanto, es muy recomendable seguir algunos consejos fáciles:
- El sitio donde se estudia reunir las mejores condiciones:
- Buena iluminación.
- Una temperatura media, para que ni el frío ni el calor interfieran en el rendimiento escolar.
- Tener los materiales ordenados y a mano, de manera que no haya interrupciones al buscarlo en otros sitios.
- El lugar debe ser aislado, sin ruidos de familiares y amigos. No es conveniente tener la televisión encendida ni música alta, porque puede haber distracción. Muchas personas prefieren tener como fondo, una melodía suave, para que el ambiente sea más confortable.
- El mobiliario debe ser adecuado, una mesa o escritorio, una silla y una lámpara con luz apropiada. No es recomendable estudiar en la cama, porque muy posiblemente el sueño gane a la posición y se deje de lado lo que se estaba haciendo en pro del aprendizaje.
2. El hábito de practicar
ejercicio físico es indispensable, o realizar
algún deporte con regularidad; la vida sedentaria no ayuda a mantenerse en
forma y si se tiene buena salud, el rendimiento escolar será más productivo.
3. En lo que se refiere al
descanso, es conveniente dormir al
menos 8 horas diarias; además, es importante establecer hábitos regulares y
cuidar la calidad del sueño (tipo de cama. etc.). Si se padece frecuentemente
de insomnio o se duerme mal, se deben averiguar las causas y corregir los
problemas.
4.
Con respecto a la alimentación,
se debe de comer sano y a horas regulares; se evitarán las comidas pesadas y pasar
lagas horas con el estómago vacío. Hay que ingerir diariamente frutas y verduras en abundancia, tomar diariamente leche, queso,
pescado, huevos y carnes (no abusar de carnes rojas).
Por último, evitar las comidas rápidas y ricas en grasas: bocadillos,
fiambres, hamburguesas, pizzas, repostería y bebidas gaseosas que provocan
sobrepeso y digestión pesada.
2. La respiración
Omaira Salazar y Concetta de Risi,
conscientes de la importancia y la necesidad de un ambiente tranquilo y una
preparación especial, antes de comenzar cualquier estudio o trabajo
intelectual, proponen algunos ejercicios para el logro de estos objetivos
(Salazar, O y C. de Risi. 2006). Para las mencionadas autoras, la respiración
es la función más importante del cuerpo humano porque de ella dependen todas
las demás. En principio, es esencial conseguir la relajación, es decir, para
bajar el ritmo cerebral de frecuencia
alfa, lo cual se logra, básicamente, por medio de una respiración
consciente.
El ritmo cerebral de frecuencia beta (de 14
a 21 ciclos por segundo) corresponde al estado
consciente, al mundo de la acción, de la lógica, de la razón; coloca al
individuo en contacto con el mundo físico a través de los sentidos y hace tomar
conciencia del tiempo y del espacio. El ritmo cerebral de frecuencia alfa (de 8
a 14 ciclos por segundo) corresponde al estado
inconsciente, al mundo de la intuición, de la creatividad, de la imaginación;
es el que contacta a la persona con el mundo espiritual: ensueños, pensamientos
e ideas, donde no hay tiempo ni espacio. El ritmo cerebral de frecuencia zeta (de 4 a 7 ciclos por segundo)
corresponde al estado de sueño profundo y se desarrolla una gran capacidad
creativa porque estimula la capacidad de los sueños. El ritmo cerebral de frecuencia delta (menos de 4 ciclos por
segundo) corresponde al estado de pérdida de la conciencia, como el sueño o la
hipnosis.
3. Sistemas de respiración
En general, se consideran tres tipos de
respiración:
§ Diafragmática o abdominal. Se respira lenta y profundamente por la nariz y se acumula el aire posible en el interior del
abdomen. Éste se hincha al máximo de su capacidad y la parte inferior de los
pulmones también se llena de aire. Implica un movimiento hacia arriba y hacia
abajo.
§ Pectoral o toráxico. Consiste en una inspiración profunda y lenta por la nariz, se acumula
el aire posible en el tórax, que se hincha al máximo de su capacidad. La
mayoría de las personas respiran de ese modo.
§ Clavicular. Se inspira profunda y lentamente por la nariz para acumular todo el
aire posible en la parte superior de los pulmones, por lo que las clavículas se
elevan por sí mismas hacia arriba hasta su posición máxima.
Una respiración profunda sería aquella que englobara
los tres tipos. Se debe respirar siempre por la nariz, llenar la parte inferior
media y superior de los pulmones y, a la vez, contar mentalmente hasta ocho.
Después se retiene el aire en los pulmones, se cuenta mentalmente hasta cuatro
y, finalmente, se expulsa en aire lentamente por la nariz, mientras se cuenta
hasta ocho. (Salazar, O y C. de Risi. 2006).
4. Recomendaciones
para dormir bien
El
estudiante debe aprovechar las horas del día para realizar sus actividades, de
manera que no le reste horas al sueño; por otra parte, el trabajo intelectual
(clases o estudio) no puede ser eficaz si antes no se satisface la necesidad de
descanso que, normalmente, pueden ser ocho horas, adecuadas para un estudiante.
Para dormir bien, se puede recurrir a los siguientes medios sugeridos por López
Martínez, M. J. (s.f.):
§ Practicar, previamente, los
ejercicios de relajación básica.
§ Para favorecer la relajación,
antes de acostarse es bueno un baño de agua tibia; sin embargo, es aconsejable
permanecer más de diez minutos dentro del agua.
§ Un vaso de leche caliente antes
de acostarse favorece el sueño.
§ Dos horas antes de acostarte se
debe abandonar la actividad normal, para dar paso a un reposo gradual; la
lectura relajada y una música serena son buenos preludios para un sueño tranquilo.
§ No se debe dejar nada para
“consultar con la almohada”; al terminar la jornada deben acabar los problemas.
§ Resulta ideal adoptar la
costumbre de una hora fija para acostarse y otra para levantarse.
5. La relajación corporal
Es muy aconsejable para alumnos nerviosos y
preocupados, practicar cada día una o
dos sesiones de relajación, de diez
o quince minutos
aproximadamente. En todo caso, deben estar presentes ciertas condiciones para
la relajación y, entre ellas, las siguientes:
- Conseguir un ambiente
oscuro o con cierta penumbra, silencioso y solitario; de manera que
proteja de la distracción provocada por la luz. También se podría escoger,
en lo posible, un ambiente natural donde se visualice el azul del cielo y
el verde del campo, que son los colores más relajantes.
- Acostarse sobre una
superficie rígida, pero que no sea ni muy dura ni muy blanda; se aconseja
hacerlo sobre una alfombra.
- Colocar el cuerpo boca
arriba, con las piernas ligeramente entreabiertas y los brazos extendidos
a lo largo del cuerpo.
- Evadir las molestias tanto
del calor como del frío, pues impiden la concentración; también se evitará
cualquier prenda de ropa que pueda oprimir: cinturón, cuellos, corbatas,
zapatos, etc.
- Cerrar los ojos, sin
apretar mucho los párpados, y quedarse totalmente inmóvil.
- La mente, que hasta ahora ha dirigido su
atención a los miembros del cuerpo, una vez que éstos se hallan en calma,
debe relajarse y sumergirse en la imaginación; en este momento, se deben
visualizar escenas agradables y placenteras, bien podría ser la
contemplación de una hermosa puesta de sol desde una verde colina o sobre
la limpia arena de una playa, recibiendo la brisa del mar y el murmullo de
las olas.
- Pasar revista a todos los
músculos del cuerpo y concentrar la atención en cada uno de ellos; se debe
alejar la tensión que pueda haber acumulada en los mismos.
FUENTE
Vázquez, M y L. Carrera (2007). Herramientas para un aprendizaje eficaz.
Caracas: Panapo