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viernes, 28 de octubre de 2011

EL POPOL VUH Y LA CULTURA MAYA


CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL: LA CULTURA MAYA

En un territorio y zona geográfica muy variada, pero bien delimitada, se desarrolló una civilización y cultura formidables, cuyos vestigios siguen causando gran admiración y asombro. Esta extraordinaria civilización, en la cual se dieron lugar las más diversas manifestaciones culturales como arquitectura, escultura, pintura, astronomía e importantes conocimientos matemáticos, se desenvolvió en selvas tropicales, en escarpadas montañas, así como en planicies inmensas, y ha llegado hasta nuestros días a través de sus ciudades, templos, palacios, estelas, altares, murales y códices, entre otros objetos. Dicha civilización es la que ahora conocemos como Maya, cultura con avances impresionantes aún para nuestra época, particularmente en matemáticas, astrología y el calendario.
La civilización Maya se desarrolló en un territorio de aproximadamente 400,000 kilómetros cuadrados, situado en la región denominada Mesoamérica, la cual abarca a la Península de Yucatán, el estado de Quintana Roo, la Mayor parte de Tabasco y Chiapas y el itsmo de Tehuantepec en México, toda Guatemala, Belice, la parte occidental de El Salvador y Honduras, y una pequeña parte de Nicaragua. Este territorio presenta una gran rica variedad geográfica: montañas, pantanos, planicies, selvas tropicales, bosques de altura, etc., por lo que climas, suelos, lluvias y vegetaciones diferentes, albergaron diversos grupos étnicos, lenguas y estilos de vida que integran la gran familia Maya, agrupada comúnmente bajo el nombre de Mayense. Los Mayas y sus descendientes han ocupado este territorio desde hace aproximadamente 5000 años; sin embargo, la Civilización Maya probablemente se remonta a tiempos mucho más antiguos.

División del área maya

Considerando los indicadores geológicos y climáticos, existen dos ambientes en el área maya, el de las tierras altas y el de las tierras bajas. Aunados a estos indicadores, factores culturales y desarrollo histórico diferenciado, el territorio maya se divide en tres zonas, a las que por su ubicación se les denomina: sur (meridional), central y norte (septentrional).
• Zona Sur.- La zona sur incluye las tierras altas de Chiapas y Guatemala y una zona contigua de El Salvador, mas de una faja adyacente de litoral del océano Pacifico de 40 a 50 km, con características geográficas que contrastan con el resto del área. Las tierras altas están formadas por sierras montañosas de origen volcánico de más de 3 000 metros de altura, en las que nacen los ríos Usumacinta y Motagua y se encuentran los lagos Atitlan y Amatitlan.
• Zona central.- La zona central, llamada también de las tierras bajas, se extiende desde la vertiente norte de las serranías de Chiapas, Guatemala y Honduras, y tiene como centro la meseta de El Peten en Guatemala, donde las aguas que bajan de las tierras altas forman dos sistemas fluviales, al poniente el del rio Usumacinta y al oriente el del río Motagua; al norte comprende la zona de Belice, Tabasco, y la parte sur de los estado de Campeche y Quintana Roo.
• Zona Norte.- La zona norte abarca la mitad norte de la península de Yucatán, o sea, el estado de Yucatán y la mayor parte de los estados de Campeche y Quintana Roo. Esta zona es una extensa planilla interrumpida por ligeras elevaciones (100 m) de la cordillera Puuc que corre paralela a la costa de Champotón y Campeche, de donde se prolonga hacia el noroeste de Maxcanú y de ese punto al sureste de Tzucacab. Los dos últimos en el estado de Yucatán. En ella, desaparecen los ríos y el agua superficial es sumamente escasa, carencia que aumenta a medida que se avanza hacia el norte. La ausencia de agua en la superficie es compensada, en cierta medida, por las aguadas, sartenejas y cenotes, junto a las cuales se asentaron numerosas poblaciones, así como depósitos artificiales de agua llamados CHULTUNES.
Los cenotes son uno de los hechos geográficos de origen hidrológico más sobresalientes de Yucatán. Son mantos acuíferos naturales subterráneos. Las aguadas son cenotes abiertos.

Desarrollo Histórico-cultural del pueblo maya

El estudio de la civilización maya se divide en 3 etapas:
• Período Preclásico Los primeros mayas que se establecieron en la península de Yucatán lo hicieron en el año 1 600 a.C y los primeros que se establecieron en Tabasco lo hicieron para el año de 900 a.C. En el preclásico inferior vivían en casas que tenían por paredes, palos unidos entre si por barro y estaban provistas de techo de paja. Estas casas siempre estaban alrededor de los cenotes. Sus actividades económicas más importantes en la recolección de frutos, practicaban la caza y la pesca; tenían una agricultura de temporal. En el preclásico medio, sus actividades económicas más importantes eran la agricultura, el comercio y la cerámica, llamada Tepeu. Mejoraron la agricultura, por lo cual se volvieron autosuficientes. En el preclásico superior, los mayas tienen contacto con los olmecas, lo cual trae como consecuencia la introducción del calendario, la cuenta larga y la escritura incipiente. En este periodo destacaron las ciudades de Mani, Dzibilchaltún, Komchen, Izamal, Tikal, Copan, Chichen Itza, Kabah, Loltun, entre otras. Inmensas ciudades de piedra van diseminándose entre las intrincadas selvas del sur tropical de Mesoamérica. La escultura alcanzó su máxima expresión, pero el desarrollo cultural no se mantuvo mucho tiempo y surgió pronto la decadencia.
• Periodo Clásico (300 al 900 d.C.). En este período, el proceso cultural de los mayas alcanzo su máximo desarrollo, tanto en el campo tecnológico, como en el social, económico, político, religioso y artístico. Fue la denominada ÉPOCA DE ORO de los mayas. La población había crecido y la agricultura se había desarrollado bastante. Se levantaron terrazas en las zonas montañosas; en territorios con ríos, lagos o lagunas, se construyeron canales de riego y aumentaron de esta manera la superficie cultivable tanto para la producción de productos básicos como para el consumo y el comercio. Los centros crecieron de manera esplendorosa. Con los nuevos adelantos se diversificó mucho más y surgieron los artesanos especializados en distintas manifestaciones culturales; igualmente se incrementó el comercio que, poco a poco, había facilitado el desarrollo económico y que ahora, en el periodo clásico, permitía el intercambio no sólo con pueblos del área maya, sino también con otros pueblos de Mesoamérica, consolidándose entre ellos y los del valle de México un activo comercio. Se construyeron sitios con centenares de edificios, algunos con numerosas habitaciones; pirámides monumentales de hasta 70 metros de altura, numerosas estelas y monumentos con fechas de cuenta larga e inscripciones jeroglíficas en las que se dan referencias a hechos históricos.
Todas estas actividades se realizaron bajo la dirección y supervisión de la clase dirigente que había establecido un gobierno teocrático (Gobierno ejercido directamente por dios o por los sacerdotes como sus representantes) en el que residían los poderes civiles y religiosos, los cuales estaban íntimamente ligados. La clase dirigente halach uinic (el verdadero hombre)., una minoría, se sostenía de los tributos que le entregaban los campesinos y los artesanos. Su poder se extendía por toda una región, y lo ejercían a través de de un sistema burocrático bien organizado que llegaba hasta los lugares más alejados. Aunque su cargo era hereditario, no se trataba de un monarca absoluto; lo acompañaba un consejo de estado compuesto por jefes principales, sacerdotes y algunos consejeros especiales. Dirigía la política interna y exterior de su Estado y percibía impuestos, además, una de sus atribuciones era someter a un examen a los candidatos para el puesto de batab. Éste era el jefe local encargado de asegurar la buena marcha de la villa. En los asuntos locales lo asistían dos o tres consejeros, cada uno de los cuales se ocupaba de un barrio y sin cuyo consentimiento nada se podía hacer. El batab tenía a su cargo la jurisdicción de la villa y el mando de los soldados, pero debía plegarse a los planes estratégicos elaborados por el jefe militar o nacom. El nacom era elegido por un período de tres años. Sumamente venerado, casi siempre le tocaba seguir un régimen especial, abstenerse de comer carne y de toda relación con mujeres. Los funcionarios menores eran los tupiles, una especie de policías, encargados de hacer respetar la ley. Los funcionarios controlaban las actividades productivas, la vida material y espiritual de las poblaciones, que alcanzan las obras públicas y santuarios ya referidos. En este periodo se da una decadencia, la cual tiene varias teorías, entre las que se incluyen una posible guerra civil, alguna epidemia o conquista de pueblos barbaros. En este periodo, algunas de las ciudades que florecieron fueron: Coba, Uxmal, Izamal, Kabah, Loltun y Acanceh entre otras.
• Periodo Posclásico (900 al 1542). Se desarrolló en la Zona Norte, ya que los mayas que vivieron ahí, sobrevivieron a la catástrofe que provocó el abandono de las ciudades de la zona Central y continuaron su desarrollo durante el período posclásico afectados por las influencias culturales de grupos extranjeros que irrumpieron en la región; uno de ellos, acaso el principal, fue el de los mayas chontales o putunes que procedían del sur de Campeche y del delta de los ríos Usumacinta y Grijalva. Por su ubicación en esta región del Golfo de México, los mayas chontales o putunes estaban influenciados por sus vecinos de habla mexicana por lo que constituían una cultura hibrida maya-nahua.
Una rama de estos, los Itzaes, navegaron desde su lugar de origen hasta la isla de Cozumel, en la costa oriental de la península, de donde se establecieron por algún tiempo, pocos años después cruzaron a tierra firme y ocuparon Pole, y de ese sitio caminaron hasta Chichen Itza, que en aquel tiempo se llamaba Uucil Abnal (siete matorrales) lugar que conquistaron posiblemente en el año 918. Una vez posesionados de Chichen Itza se extendieron por diversos rumbos de la costa oriental y de tierra adentro, unos avanzaron al interior de Yucatán conquistando y sujetando a tributo a numerosos pueblos; otros se establecieron en sitios como Bacalar, Chetumal, Coba (Centro que estaba abandonado desde fines del periodo clásico), o se instalaron en la costa norte.
Poco antes de los acontecimientos referidos, o al mismo tiempo que ellos, penetró a Yucatán otro grupo de linaje mexicano, los xiu, y ocuparon Uxmal durante algún tiempo; desde este lugar desempeñaron el poder sobre la extensa región del suroeste de Yucatán. Estos inmigrantes trajeron a la región nuevos elementos ideológicos que se encuentran representados en algunas edificaciones de la región. Hacia el año 987 ocupó Chichén ltzá el caudillo tolteca Quetzalcóatl-Kukulkán. La historia sintetiza la larga travesía de este personaje desde su lugar de origen hasta Yucatán, y refiere que, fugitivo de sus enemigos de Tula en el Antiplano de México, se dirigió, en unión de un grupo de sacerdotes, guerreros y servidores, a la parte del Golfo de México que era la región natural de los chontales putunes, grupo bastante influido ya por la cultura náhuatl. Poco tiempo después, los putunes itzaes lo acompañaron en la última parte de su recorrido, puesto que ya conocían bien la región y dominaban gran parte de ella desde el año 918; por eso se menciona en las crónicas que hubo dos entradas de los itzaes a Chichén Itzá. Quetzalcóatl, que aparece en los relatos nahuas como un personaje mítico, casi como un dios, es conocido en las crónicas mayas como un personaje histórico con el nombre de Kukulkán, que significa: serpiente emplumada.
Una razón decisiva del asentamiento de los itzaes en el sitio que denominaron Chichén ltzá fue la existencia de dos cenotes, uno de ellos, el Xtoloc, sirvió para el aprovisionamiento de agua; el otro, el Sagrado o de los Sacrificios, fue utilizado para el culto al dios de la lluvia, Chaac. Un sacbé conduce al Cenote de los Sacrificios desde la plaza principal. El pueblo maya de Chichén ltzá y el que habitaba en el área de influencia de este centro, quedó sujeto a jefes no autóctonos, es decir, a los invasores extranjeros que aportaron elementos culturales nahuas, entre los que predominaban los de Tula. El campesino siguió trabajando la tierra como en tiempos anteriores, pero el tributo se canalizó hacia los gobernantes itzaes y la esclavitud se recrudeció, se incrementaron los sacrificios humanos y se les impusieron cambios en las creencias así como la veneración de nuevas deidades. Se cree que el auge de Chichén ltzá se logró gracias al periodo de relativa paz que vivió por espacio de 200 años, hecho que fue posible por la organización hacia el año 1000 de la llamada "Liga de Mayapán", alianza política que hicieron los gobernantes de Uxmal (Xiu), Chichén ltzá y Mayapán.
Dos siglos más tarde las discordias políticas, las rivalidades por intereses comerciales y la rebeldía del pueblo cansado de tanta opresión, llevaron a la disolución de la 'Liga", a la caída de Uxmal y al término de la preponderancia de Chichén ltzá, hechos contemporáneos ocurridos hacia el año 1200. El final repentino de Chichén ltzá se debió, según algunos relatos históricos, a la guerra que le hizo Mayapán, en la que un jefe importante de este lugar llamado Hunac Ceel Cahuic venció a los itzaes y los expulsó. Este hecho se conoce en los textos mayas como la "Traición de Unac Cell". La salida de los itzaes no provocó el total abandono del sitio, diversos grupos mayas continuaron durante más de tres siglos, haciendo peregrinaciones al Cenote Sagrado para llevar ofrendas al dios de la lluvia, Chaac. El sitio había quedado en poder de los Cupul Itzá. Después de la rebelión, el poder quedó en manos de los vencedores, los Cocom, de linaje itzá, señores de Mayapán.
La autoridad que ejercieron los Cocom desde sus inicios fue absoluta y su política para evitar una nueva rebelión fue la de llevar a Mayapán como cautivos a los señores naturales de la tierra, a los principales jefes mayas, y retenerlos como rehenes. Se les construyeron casas especiales dentro del recinto amurallado para que vivieran en unión de un reducido séquito de sus parciales; desde allí, atendían los asuntos de sus gobernados y recibían el tributo que éstos les enviaban desde sus pueblos, los cuales eran transferidos a los señores de Mayapán. Gran parte de los intereses comerciales de los Cocom estaban ligados a la costa oriental y a otras playas de la península, uno de los principales era el de la sal, que estuvo controlada por ellos durante mucho tiempo. Al parecer, rnantuvieron importantes relaciones con los navegantes putunes con los que realizaron valiosos intercambios. Como consecuencia de este comercio florecieron en ese territorio importantes centros como Tulúm, Xelhá y Muyil. Debido a la tiranía que ejercían los Cocom, se produjo una serie de rebeliones que fue llevando a la decadencia de este grupo.
Los glifos: arte y escritura

De las tres grandes civilizaciones amerindias del momento de la conquista, los mayas desarrollaron el sistema de comunicación por signos más sofisticado. Los incas no tuvieron escritura, practicando un sistema contable y de memorización por nudos denominado quipus. Los aztecas dibujaban pictogramas de menor abstracción que los mayas. En cambio estos últimos practicaron los rudimentos de una escritura fonética. La escritura maya tiene afinidad con el sistema desarrollado por los zapotecas.
Los glifos componían un complejo sistema de escritura y lenguaje gráfico, integrado por más de setecientos signos, especiales para representar cualquier clase de pensamiento. Seguían un diseño altamente elaborado, y debían ser realizados con exactitud, a partir del dibujo de un recuadro con los bordes redondeados, con elementos enclavados en el interior, acompañados por una serie de signos ubicados en el exterior. Atribuían poderes mágicos a sus dibujos y pictografías. Realizarlos era un modo de comprender el cosmos y la esencia de los seres vivos, inanimados, e imaginarios.
Escribieron sobre distintos soportes: piedra para los relatos dinásticos, papel para las profecías, la astronomía y el calendario. Usaron conchas marinas, cerámica para los relatos mitológicos, jade y madera, metal y hueso. Cada soporte cumplía una función diferente. En los “libros de corteza” intentaban inscribir el sentido del tiempo. Las estelas y los monumentos servían para que los reyes afirmasen sus relaciones con los ancestros, explicitando la organización social y legitimando su poder a través de la narración de grandes batallas y conquistas. Las “escalinatas jeroglíficas” –como las del templo de Copán– vinculaban el ascenso y la pisada de cada peldaño con el lugar social de determinados difuntos, y con el tratamiento ceremonial que los mortales estaban obligados a otorgarle.
A diferencia de otras civilizaciones, no se han encontrado entre los mayas escritos estrictamente administrativos, ni registros contables. Los escribas tampoco se dedicaron cuestiones mundanas. Todas las frases que se han logrado traducir refieren a asuntos dinásticos y sagrados.


La Literatura Maya

Los libros de la literatura maya que se conocen, son de temas religiosos y mitológicos y no son de fácil interpretación. Hacen continua alusión a su historia, su religión y la ciencia de su época, con un profundo sentido patriótico y poético.
Entre las principales obras se pueden citar:
  • El Libro de Chilam Balam refleja la desesperación del aborigen por la invasión de los conquistadores. Se encontraron diversas versiones, con contenidos distintos, de acuerdo al pueblo que la hubiera escrito. Pero por su contenido de diversos temas religiosos, históricos, literarios, sus escritos sobre astronomía, y calendarios, se puede apreciar toda la sabiduría del pueblo maya. Eran libros sagrados que se leían en ocasiones especiales; se cree que sus autores fueron sacerdotes que transcribieron manuscritos sagrados, a los que acotaron ciertos elementos del pueblo correspondiente.
  • El Popol Vuh “Las antiguas Historias del Quiché es el más conocido de los libros sagrados de los indios quichés que habitaban en lo que hoy es la zona de Guatemala. Allí se explica el origen del mundo y del pueblo maya. Incluye la historia de todos los soberanos. Aunque se puede decir que allí hay una conjunción de religión, mitología, historia, costumbres y leyendas del pueblo maya que habitaba esa región, también aparecen algunas ideas cristianas, lo que hace suponer que el autor conoció a misioneros católicos.
  • El Rabinal Achí es una pieza dramática escrita en el pueblo quiché y que trata sobre la rivalidad entre dos ciudades-estados y la captura y muerte de un guerrero notorio.
  •  Los Anales de los Cakchiqueles es una conjunción de datos históricos, mitológicos y religiosos, escrito en lengua maya con caracteres latinos.
En realidad, la literatura maya no tuvo una finalidad poética, sino metafísica, con sentido histórico. No responde a una estable armonía metafórica sino a la inquieta construcción y hundimiento de sus mundos.


EL POPOL VUH
De los términos en idioma quiché: Popol - reunión, comunidad, casa común, junta y Vuh que significa libro. El Popol Vuh o Popol Wuj (El nombre quiché se traduciría como: "Libro del Consejo" o "Libro de la Comunidad"), es una recopilación de varias leyendas de los quiché, un pueblo de la cultura maya que ocupó partes de Guatemala y de Honduras. Más que un sentido histórico, el libro tiene valor e importancia en el plano religioso; de hecho, se le ha llamado el Libro Sagrado o la Biblia de los mayas k'iche's. Es una narración que trata de explicar o contar de alguna manera el origen del mundo, la civilización y los diversos fenómenos que ocurren en la naturaleza.

Historia del Popol-Vuh

Se desconoce la existencia de una versión original del Popol Vuh. Según Delia Goetz: "Deberíamos suponer que sería un libro de pinturas con jeroglíficos que los sacerdotes interpretaban al pueblo para mantener vivo el conocimiento del origen de su raza y los misterios de su religión". Según Fray Francisco Ximénez la primera versión escrita fue elaborada en lengua quiché, utilizando caracteres del alfabeto latino, a mediados del siglo XVI. Según él, dicha versión permaneció oculta hasta 1701, cuando los mayas quiché de la comunidad de Santo Tomás Chuilá (hoy Chichicastenango, Guatemala) le mostraron la recopilación de sus historias y mitología.
Se desconoce el nombre del autor de esta primera versión pero Fray Francisco Ximénez, al notar la importancia del documento, decidió traducir el texto al idioma español, asegurando la fidelidad del escrito. Su versión está estructurada en 2 columnas, en una estaba la versión quiché; y en la otra la traducción de Ximénez. La primera versión fue una traducción demasiado literal y resultó muy confusa y oscura. Luego escribió una segunda versión menos literal que incluyó en su "Historia de la Provincia de Santo Vicente de Chiapa y Guatemala" que terminó en 1722.
Los trabajos de Ximénez permanecieron archivados en el Convento de Santo Domingo hasta 1830 cuando fueron trasladados a la Universidad de San Carlos de Guatemala. En 1854 fueron encontrados por el austriaco Dr. Charles Scherzer, quien en 1857 la publicó en Viena bajo el título primitivo "Las Historias del origen de los indios de esta provincia de Guatemala".
El sacerdote y misionero Charles Étienne Brasseur de Bourbourg sustrajo el escrito original de la universidad, lo llevó a Europa y lo tradujo al francés. En 1861 publicó un volumen bajo el título de Popol Vuh, Le livre Sacré et les mythes de l'antiquité Américaine. Él fue quien le dio el nombre. El libro original fue vendido al coleccionista Alfonso Pinart, más tarde su viuda lo vendió a su vez al etnólogo Otto Stoll, posteriormente fue comprado por Edward E. Ayer, quien lo devolvió a América. Actualmente la primera traducción de Ximénez al castellano y su Manuscrito de Chichicastenango se encuentran en la Biblioteca Newberry, en Chicago, Estados Unidos. El facsimilar del manuscrito está disponible en la edición en línea hecha en colaboración por la Biblioteca Newberry y las Biblioteca de la Universidad Estatal de Ohio, en un proyecto dirigido por el Dr. Carlos M. López. El facsimilar también está accesible desde el sitio Archivos del Popol Wuj y las culturas mayas, en el que además se incluyen documentos y materiales relacionados al manuscrito.
La localidad de Santa Cruz del Quiché, fue fundada por los españoles que sustituyeron a Q’umar Ka’aj, la capital del reino k’iche’. Juan de Rojas y Juan Cortés, aparecen citados en el libro como los últimos integrantes de la generación de los reyes k'iche'.
Originalidad del Popol Vuh como texto maya

Algunos arqueólogos se han esforzado en encontrar las narraciones del Popol Vuh en los jeroglíficos mayas del período prehispánico; otros aseguran que fue escrito en lengua maya con caracteres latinos con base en la tradición oral en el siglo XVI o XVII. El texto de Ximénez procede ciertamente de la época colonial.
Estudiosos como René Acuña han puesto en duda que el contenido reflejado en el Popol Vuh sea realmente maya, pues señala: «el Popol Vuh es un libro diseñado y ejecutado con conceptos occidentales. Su unidad de composición es tal que da pie para postular un solo recolector de las narraciones. Y no parece que éste haya sido un autodidacta espontáneo nativo, que se puso a redactar las memorias de su nación». Se debe tener en cuenta que el libro fue utilizado para evangelizar a los indígenas en su momento.
Para apoyar esta teoría se basa en ciertos errores de transcripción que comete Ximénez al trasladar el texto, lo cual revela su desconocimiento de la lengua quiché. Señala categóricamente Acuña: «si la fidelidad con que Ximénez copió y tradujo el texto quiché fuera el criterio para establecer la autenticidad del Popol Vuh, habría, de inmediato, que declararlo falso. [...] Enumerar a detalle todos los desfiguros que Ximénez introdujo podría justificar un trabajo de páginas cuyo número no se puede cuantificar. [...] Ante la imposibilidad de efectuar aquí un examen pormenorizado de las traducciones que hizo Ximénez del Popol Vuh, tendré que limitarme a decir que son desiguales y muy infieles, y que el fraile omitió traducir un elevado porcentaje del texto. Mi apreciación se basa en el minucioso análisis comparativo que he realizado de las primeras 1180 líneas del Popol Vuh con las dos versiones españolas de fray Francisco. Pero mi intención no está dirigida a desacreditar la competencia lingüística de este religioso, sino a hacer manifiesto que, con el escaso conocimiento de la lengua quiché que poseía, resulta natural que haya desfigurado la obra al copiarla». Al poner en duda la capacidad de Ximénez de manejar la lengua mayense se abren una serie de interrogantes: ¿qué tan seguros podemos estar de que el Popol Vuh es un texto original maya, si sólo tenemos actualmente la versión de Ximénez?
Es posible plantear cuestionamientos acerca de la existencia de un libro original de procedencia prehispánica. O bien que fue escrito apoyados en la tradición oral. Su muy cercana analogía con el Génesis de la biblia hace pensar que su escritura estuvo dirigida por los frailes. Así mismo, la aparición de las genealogías que se extienden hasta la época colonial hacen imposible que el original que copió Ximénez pertenezca al período prehispánico.

Contenido del Popol Vuh

I. Creación referida
1. Los dioses crean el mundo, crean los valles y las montañas.
2. Los dioses crean a los animales, pero ya que no los alaban los condenan a comerse unos a otros.
3. Los dioses crean a los seres de barro los cuales son frágiles e inestables y no logran alabarlos.
4. Los dioses crean a los primeros seres humanos de madera, éstos son imperfectos y carentes de sentimientos.
5. Los dioses destruyen a los primeros seres humanos, los cuales se convierten en monos.
6. Los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué destruyen al arrogante ser Vucub-Caquix, y luego a sus hijos Zipacná y Cabracán.
II. Historias de Hunahpú e Ixbalanqué
1. Ixpiyacoc e Ixmucane engendran dos hermanos.
2. Hun-Hunahpú y Xbaquiyalo engendran a los "gemelos mono" Hun-Batz y Hun-Chouen.
3. Xibalbá mata a los hermanos HunHunahpú y VucubHunahpú, colgando la cabeza de Hun-Hunahpú en un árbol.
4. Hun-Hunahpú e Ixquic engendran a los "héroes gemelos" Hunahpú e Ixbalanqué (la cabeza de Huh-Hunahpu escupe a la mano de Ixquic, embarazándola).
5. Nacen los héroes gemelos y viven con su madre y su abuela paterna Ixmucane, compitiendo con sus medios hermanos Hun-Batz y Hun-Chouen.
6. Los "Héroes Gemelos" derrotan a Xibalbá, casa de la penumbra, los cuchillos, el frío, el jaguar, el fuego y los murciélagos.
III. Creación de los hombres de maíz. Descripción de comunidades
1. Los primeros cuatro hombres reales son creados: Balam-Quitzé, el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuarto Iquí-Balam.
2. Las primeras cuatro mujeres son creadas.
3. Tribus descendientes. Hablan el mismo lenguaje y viajan a Tulan-Zuiva.
4. El lenguaje de las tribus se confunde y éstas se dispersan.
5. Tohil es reconocido como un dios y exige sacrificios humanos.
IV. Listado de generaciones
Tohil convence a los señores de la tierra a través de sus sacerdotes pero su dominio destruye el Quiché.

LIBRO SAGRADO DE LOS MAYAS
POPOL VUH (o "Libro del Indígena Quiché")
(FRAGMENTOS)



PREÁMBULO 
Este es el principio de las antiguas historias de este lugar llamado Quiché. Aquí escribiremos y comenzaremos las antiguas historias, el principio y origen de todo lo que se hizo en la ciudad de Quiché, por las tribus de la nación quiché.
Y aquí traeremos la manifestación, la publicación y la narración de lo que estaba oculto, la revelación por Tzacol, Bitol, Alom, Qaholom, que se llaman Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utiú, Zaqui-Nimá-Tziís, Tepeu, Gucumatz, u Qux Cho, u Qux Paló, Ah Raxá Lac, Ah Raxá Tzel, así llamados. Y [al mismo tiempo] la declaración, la narración conjuntas de la Abuela y el Abuelo cuyos nombres son Ixpiyacoc e Ixmucané, amparadores y protectores, dos veces abuela, dos veces abuelo, así llamados en las historias quichés, cuando contaban todo lo que hicieron en el principio de la vida, el principio de la historia.
Esto lo escribiremos ya dentro de la ley de Dios, en el Cristianismo, lo sacaremos a luz, porque ya no se ve el Popo Vuh, así llamado, donde se veía claramente la venida del otro lado del mar, la narración de nuestra oscuridad, y se veía claramente la vida.
Existía el libro original, escrito antiguamente, pero su vista está oculta al investigador y al pensador. Grande era la descripción y el relato de cómo se acabó de formar todo el cielo y la tierra, cómo fue formado y repartido en cuatro partes, cómo fue señalado y el cielo fue medido y se trajo la cuerda de medir y fue extendida en el cielo y en la tierra, en los cuatro ángulos, en los cuatro rincones, como fue dicho por el Creador y el Formador, la madre y el padre de la vida, de todo lo creado, el que da la respiración y el pensamiento, la que da a luz a los hijos, el que vela por la felicidad de los pueblos, la felicidad del linaje humano, el sabio, el que medita en la bondad de todo lo que existe en el cielo, en la tierra, en los lagos y en el mar.

Primera Parte
Capítulo Primero

Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.
Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión.
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la obscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de Dios. Así contaban.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la obscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre.
Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá-Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero es Raxá-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento.
-- ¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe [el espacio], que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra: -- ¡Tierra! -- dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montanas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo : -- ¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá!
-- Nuestra obra, nuestra creación será terminada -- contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.
Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.
De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.
Capítulo II

Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles [víboras], guardianes de los bejucos.
Y dijeron los Progenitores: -- ¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles y los bejucos? Conviene que en lo sucesivo haya quien los guarde.
Asi dijeron cuando meditaron y hablaron en seguida. Al punto fueron creados los venados y las aves. En seguida les repartieron sus moradas a los venados y a las aves.
-- Tú, venado, dormirás en la vega de los ríos y en los barrancos. Aquí estarás entre la maleza, entre las hierbas; en el bosque os multiplicaréis, en cuatro pies andaréis y os sostendréis-- . Y así como se dijo, se hizo.
Luego designaron también su morada a los pájaros pequeños y a las aves mayores:
-- Vosotros, pájaros, habitaréis sobre los árboles y los bejucos, allí haréis vuestros nidos, allí os multiplicaréis, allí os sacudiréis en las ramas de los árboles y de los bejucos --. Así les fue dicho a los venados y a los pájaros para que hicieran lo que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones y sus nidos.
De esta manera los Progenitores les dieron sus habitaciones a los animales de la tierra. Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y pájaros por el Creador y el Formador y los Progenitores:
-- Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno -- . Así les fue dicho a los venados, los pájaros, leones, tigres y serpientes.
-- Decid, pues, vuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre. ¡Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Calculhá, Raxa-Calculhá, el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, el Creador, el Formador, los Progenitores; hablad, invocadnos, adoradnos! -- les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo chillaban, cacareaban y gramaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de manera diferente.
Cuando el Creador y el Formador vieron que no era posible que hablaran, se dijeron entre sí : -- No ha sido posible que ellos digan nuestro nombre, el de nosotros, sus creadores y formadores. Esto no está bien --, dijeron entre sí los Progenitores.
Entonces se les dijo: -- Seréis cambiados porque no se ha conseguido que habléis. Hemos cambiado de parecer: vuestro alimento, vuestra pastura, vuestra habitación y vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y los bosques, porque no se ha podido lograr que nos adoréis ni nos invoquéis. Todavía hay quienes nos adoren, haremos otros [seres] que sean obedientes. Vosotros aceptad vuestro destino: vuestras carnes serán trituradas. Así será. Esta será vuestra suerte--. Así dijeron cuando hicieron saber su voluntad a los animales pequenos y grandes que hay sobre la faz de la tierra.
Luego quisieron probar suerte nuevamente; quisieron hacer otra tentativa y quisieron probar de nuevo a que los adoraran.
Pero no pudieron entender su lenguaje entre ellos mismos, nada pudieron conseguir y nada pudieron hacer. Por esta razón fueron inmoladas sus carnes y fueron condenados a ser comidos y matados los animales que existen sobre la faz de la tierra.
Así, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de crear y formar al hombre por el Creador, el Formador y los Progenitores.
-- ¡A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la aurora; hagamos al que nos sustentará y alimentará! ¿Cómo haremos para ser invocados, para ser recordados sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras primeras obras, nuestras primeras criaturas; pero no se pudo lograr que fuésemos alabados y venerados por ellos. Probemos ahora a hacer unos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y alimenten -- . Así dijeron.
Entonces fue la creación y la formación. De tierra, de lodo hicieron la carne [del hombre]. Pero vieron que no estaba bien, porque se deshacía, estaba blando, no tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía, estaba aguado, no movía la cabeza, la cara se le iba para un lado, tenía velada la vista, no podía ver hacia atrás. Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se pudo sostener.
Y dijeron el Creador y el Formador: -- Bien se ve que no podía andar ni multiplicarse. Que se haga una consulta acerca de esto, dijeron.
Entonces desbarataron y deshicieron su obra y su creación. Y en seguida dijeron: -- ¿Cómo haremos para perfeccionar, para que salgan bien nuestros adoradores, nuestros invocadores?-- Así dijeron cuando de nuevo consultaron entre sí.
-- Digámosles a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utiú : ¡Probad suerte otra vez! ¡Probad a hacer la creación! -- Así dijeron entre sí el Creador y el Formador cuando hablaron a Ixpiyacoc e Ixmucané.
En seguida les hablaron a aquellos adivinos, la abuela del día, la abuela del alba, que así eran llamados por el Creador y el Formador, y cuyos nombres eran Ixpiyacoc e Ixmucané.
Y dijeron Huracán, Tepeu y Gucumatz cuando le hablaron al agorero, al formador, que son los adivinos: -- Hay que reunirse y encontrar los medios para que el hombre que vamos a crear nos sostenga y alimente, nos invoque y se acuerde de nosotros.
-- Entrad, pues, en consulta, abuela, abuelo, nuestra abuela, nuestro abuelo, Ixpiyacoc, Ixmucané, haced que aclare, que amanezca, que seamos invocados, que seamos adorados, que seamos recordados por el hombre creado, por el hombre formado, por el hombre mortal, haced que así se haga.
-- Dad a conocer vuestra naturaleza, Hunaphú-Vuch, Hunahpú-Utiú, dos veces madre, dos veces padre, Nim-Ac, Nimá-Tziís, el Señor de la esmeralda, el joyero, el escultor, el tallador, el Señor de los hermosos platos, el Señor de la verde jícara, el maestro de la resina, el maestro Toltecat, la abuela del sol, la abuela del alba, que así seréis llamados por nuestras obras y nuestras criaturas.
-- Echad la suerte con vuestros granos de maíz y de tzité. Hágase así y se sabrá y resultará si labraremos o tallaremos su boca y sus ojos en madera--. Así les fue dicho a los adivinos.
A continuación vino la adivinación, la echada de la suerte con el maíz y el tzité. ¡Suerte! ¡Criatura!, les dijeron entonces una vieja y un viejo. Y este viejo era el de las suertes del tzité, el llamado Ixpiyacoc. Y la vieja era la adivina, la formadora, que se llamaba Chiracán Ixmucané.
Y comenzando la adivinación, dijeron así: -- ¡Juntaos, acoplaos! ¡Hablad, que os oigamos, decid, declarad si conviene que se junte la madera y que sea labrada por el Creador y el Formador, y si éste [el hombre de madera] es el que nos ha de sustentar y alimentar cuando aclare, cuando amanezca!
Tú, maíz; tú, tzité; tú, suerte; tú, criatura; ¡uníos, ayuntaos! les dijeron al maíz, al tzité, a la suerte, a la criatura. ¡Ven a sacrificar aquí, Corazón del Cielo; no castiguéis a Tepeu y Gucumatz!
Entonces hablaron y dijeron la verdad: -- Buenos saldrán vuestros muñecos hechos de madera; hablarán y conversarán vuestros muñecos hechos de madera, hablarán y conversarán sobre la faz de la tierra.
-- ¡Así sea! -- contestaron, cuando hablaron.
Y al instante fueron hechos los muñecos labrados en madera. Se parecían al hombre, hablaban como el hombre y poblaron la superficie de la tierra.
Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas.
Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un intento de hacer hombres. Hablaban al principio, pero su cara estaba enjuta; sus pies y sus manos no tenían consistencia; no tenían sangre, ni substancia, ni humedad, ni gordura; sus mejillas estaban secas, secos sus pies y sus manos, y amarillas sus carnes. Por esta razón ya no pensaban en el Creador ni en el Formador, en los que les daban el ser y cuidaban de ellos.
Estos fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz de la tierra.

Capítulo III

En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo, recibieron la muerte.
Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo.
De tzité se hizo la carne del hombre, pero cuando la mujer fue labrada por el Creador y el Formador, se hizo de espadaña la carne de la mujer. Estos materiales quisieron el Creador y el Formador que entraran en su composición.
Pero no pensaban, no hablaban con su Creador, su Formador, que los habían hecho, que los habían creado. Y por esta razón fueron muertos, fueron anegados. Una resina abundante vino del cielo. El llamado Xecotcovach llegó y les vació los ojos; Camalotz vino a cortarles la cabeza; y vino Cotzbalam y les devoró las carnes. El Tucumbalam llegó también y les quebró y magulló los huesos y los nervios, les molió y desmoronó los huesos.
Y esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se obscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche.
Llegaron entonces los animales pequenos, los animales grandes, y los palos y las piedras les golpearon las caras. Y se pusieron todos a hablar; sus tinajas, sus comales, sus platos, sus ollas, sus perros, sus piedras de moler, todos se levantaron y les golpearon las caras.
-- Mucho mal nos hacíais; nos comíais, y nosotros ahora os morderemos -- les dijeron sus perros y sus aves de corral.
Y las piedras de moler: -- Eramos atormentadas por vosotros; cada día, cada día, de noche, al amanecer, todo el tiempo hacían holi, holi, huqui, huqui nuestras caras, a causa de vosotros. Este era el tributo que os pagábamos. Pero ahora que habéis dejado de ser hombres probaréis nuestras fuerzas. Moleremos y reduciremos a polvo vuestras carnes, les dijeron sus piedras de moler.
Y he aquí que sus perros hablaron y les dijeron : -- ¿Por qué no nos dabais nuestra comida? Apenas estábamos mirando y ya nos arrojabais de vuestro lado y nos echabais fuera. Siempre teníais listo un palo para pegarnos mientras comíais.
Así era como nos tratabais. Nosotros no podíamos hablar. Quizás no os diéramos muerte ahora; pero ¿por qué no reflexionabais, por qué no pensabais en vosotros mismos? Ahora nosotros os destruiremos, ahora probaréis vosotros los dientes que hay en nuestra boca: os devoraremos, dijeron los perros, y luego les destrozaron las caras.
Y a su vez sus comales, sus ollas les hablaron así : -- Dolor y sufrimiento nos causabais. Nuestra boca y nuestras caras estaban tiznadas, siempre estábamos puestos sobre el fuego y nos quemabais como si no sintiéramos dolor. Ahora probaréis vosotros, os quemaremos -- dijeron sus ollas, y todos les destrozaron las caras. Las piedras del hogar que estaban amontonadas, se arrojaron directamente desde el fuego contra sus cabezas causándoles dolor.
Desesperados corrían de un lado para otro; querían subirse sobre las casas y las casas se caían y los arrojaban al suelo; querían subirse sobre los árboles y los árboles los lanzaban a lo lejos; querían entrar a las cavernas y las cavernas se cerraban ante ellos.
Así fue la ruina de los hombres que habían sido creados y formados, de los hombres hechos para ser destruidos y aniquilados: a todos les fueron destrozadas las bocas y las caras.
Y dicen que la descendencia de aquellos son los monos que existen ahora en los bosques; éstos son la muestra de aquellos, porque sólo de palo fue hecha su carne por el Creador y el Formador.
Y por esta razón el mono se parece al hombre, es la muestra de una generación de hombres creados, de hombres formados que eran solamente muñecos y hechos solamente de madera.

Segunda Parte
Capítulo X

(...)

Dijo entonces Ixbalamqué a Hunahpú: -¿Comenzará ya a amanecer? mira tú.
-Tal vez sí, voy a ver, contestó éste.
Y como tenía muchas ganas de ver afuera de la boca de la cerbatana y quería ver si había amanecido, al instante le cortó la cabeza Camazotz y el cuerpo de Hunahpú quedó decapitado.
Nuevamente preguntó lxbalanqué: -¿No ha amanecido todavía? Pero Hunahpú no se movía. -¿A dónde ha ido Hunahpú? ¿Qué es lo que has hecho? Pero no se movía, y permanecía callado.
Entonces se sintió avergonzado lxbalanqué y exclamó: -¡Desgraciados de nosotros! Estamos completamente vencidos.
Fueron en seguida a colgar la cabeza sobre el juego de pelota por orden expresa de Hun-Camé y Vucub-Camé, y todos los de Xibalba se regocijaron por lo que le había sucedido a la cabeza de Hunahpú.

Capítulo XI

En seguida llamó lxbalanqué a todos los animales, al pisote, al jabalí, a todos los animales pequeños y grandes, durante la noche, y a la madrugada les preguntó cuál era su comida.
-¿Cuál es la comida de cada uno de vosotros? pues yo os he llamado para que escojáis vuestra comida, les dijo lxbalanqué.
-Muy bien, contestaron. Y en seguida se fueron a tomar cada uno lo suyo, y se marcharon todos juntos. Unos fueron a tomar las cosas podridas; otros fueron a coger hierbas; otros fueron a recoger piedras. Otros fueron a recoger tierra. Variadas eran las comidas de los animales pequeños y de los animales grandes.
Detrás de ellos se había quedado la tortuga, la cual llegó contoneándose a tomar su comida. Y llegando al extremo del cuerpo tomó la forma de la cabeza de Hunahpú, y al instante le fueron labrados los ojos.
Muchos sabios vinieron entonces del cielo. El Corazón del Cielo, Huracán, vinieron a cernerse sobre la Casa de los Murciélagos.
Y no fue fácil acabar de hacerle la cara, pero salió muy buena; la cabellera también tenía una hermosa apariencia, y asimismo pudo hablar.
Pero como ya quería amanecer y el horizonte se teñía de rojo. --oscurece de nuevo, viejo!, le fue dicho al zopilote.
-Está bien, contestó el viejo, y al instante oscureció el viejo. "Ya oscureció el zopilote", dice ahora la gente.
Y así, durante la frescura del amanecer, comenzó su existencia.
-¿Estará bien?, dijeron. ¿Saldrá parecido a Hunahpú?
-Está muy bien, contestaron. Y efectivamente, parecía de hueso la cabeza, se había transformado en una cabeza verdadera.
Luego hablaron entre sí y se pusieron de acuerdo:
-No juegues tú a la pelota; haz únicamente como que juegas yo sólo lo haré todo, le dijo Ixbalanqué.
En seguida le dio sus órdenes a un conejo:
-Anda a colocarte sobre el juego de pelota, quédate allí entre el encinal, le fue dicho al conejo cuando se le dieron estas instrucciones durante la noche.
En seguida amaneció y los dos muchachos estaban buenos y sanos. Luego bajaron a jugar a la pelota. La cabeza de Hunahpú estaba colgada sobre el juego de pelota.
-¡Hemos triunfado! ¡Habéis labrado vuestra propia ruina; ¡os habéis entregado! les decían. De esta manera provocaban a Hunahpú.
-Pégale a la cabeza con la pelota, le decían. Pero no lo molestaban con esto, él no se daba por entendido.
Luego arrojaron la pelota los Señores de Xibalba. lxbalanqué le salió al encuentro; la pelota iba derecho al anillo, pero se detuvo, rebotando, pasó rápidamente por encima del juego de pelota y de un salto se dirigió hasta el encinal.
El conejo salió al instante y se fue saltando; y los de Xibalba corrían persiguiéndolo. Iban haciendo ruido y gritando tras el conejo. Acabaron por irse todos los de Xibalba.
En seguida se apoderó Ixbalanqué de la cabeza de Hunahpú; se llevó de nuevo la tortuga y fue a colocarla sobre el juego de pelota. Y aquella cabeza era verdaderamente la cabeza de Hunahpú y los dos muchachos se pusieron muy contentos.
Fueron, pues, los de Xibalba a buscar la pelota y habiéndola encontrado entre las encinas, los llamaron, diciendo:
-Venid acá. Aquí está la pelota, nosotros la encontramos, dijeron, y la tenían colgando.
Cuando regresaron los de Xibalba exclamaron. -¿Qué es lo que vemos? Luego comenzaron nuevamente a jugar. Tantos iguales hicieron por ambas partes. En seguida lxbalanqué le lanzó una piedra a la tortuga; ésta se vino al suelo y cayó en el patio del juego de pelota hecha mil pedazos como pepitas, delante de los Señores.
-¿Quién de vosotros irá a buscarla? ¿Dónde está el que irá a traerla? dijeron los de Xibalba.
Y así fueron vencidos los señores de Xibalba por Hunahpú e Ixbalanqué. Grandes trabajos pasaron éstos, pero no murieron, a pesar de todo lo que les hicieron.

Tercera Parte
Capítulo I

He aquí, pues, el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se buscó lo que debía entrar en la carne del hombre.
Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llaman Tepeu y Gucumatz: "Ha llegado el tiempo del amanecer, de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de sustentar, y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la tierra." Así dijeron.
Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche; luego buscaron y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron. De esta manera salieron a luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que debía entrar en la carne del hombre.
Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas aparecieran sobre los Creadores y Formadores.
De Paxil, de Cayalá, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas.
Estos son los nombres de los animales que trajeron la comida: Yac [el gato de monte], Utiú [el coyote], Quel [una cotorra vulgarmente llamada chocoyo] y Hoh [el cuervo]. Estos cuatro animales les dieron la noticia de las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran a Paxil y les enseñaron el camino de Paxil.
Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz [en la formación del hombre] por obra de los Progenitores.
Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra, llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundante también en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos había en aquel pueblo llamado de Paxil y Cayalá.
Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños y grandes, plantas pequeñas y plantas grandes. Los animales enseñaron el camino. Y moliendo entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores, Tepeu y Gucumatz, así llamados.
A continuación entraron en pláticas acerca de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados.

Capítulo II

Estos son los nombres de los primeros hombres que fueron creados y formados: el primer hombre fue Balam-Quitzé, el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuarto Iqui-Balam.
Estos son los nombres de nuestras primeras madres y padres.
Se dice que ellos sólo fueron hechos y formados, no tuvieron madre, no tuvieron padre. Solamente se les llamaba varones. No nacieron de mujer, ni fueron engendrados por el Creador y el Formador, por los progenitores. Sólo por un prodigio, por obra de encantarniento fueron creados y formados por el Creador, el Formador, los Progenitores, Tepeu y Gucumatz. Y como tenían la apariencia de hombres, hombres fueron; hablaron, conversaron, vieron y oyeron, anduvieron, agarraban las cosas; eran hombres buenos y hermosos y su figura era figura de varón.
Fueron dotados de inteligencia; vieron y al punto se extendió su vista, alcanzaron a ver, alcanzaron a conocer todo lo que hay en el mundo. Cuando miraban, al instante veían a su alrededor y contemplaban en torno a ellos la bóveda del cielo y la faz redonda de la tierra. Las cosas ocultas [por la distancia] las veían todas, sin tener primero que moverse; en seguida veían el mundo y asimismo desde el lugar donde estaban lo veían.
Grande era su sabiduría; su vista llegaba hasta los bosques, las rocas, los lagos, los mares, las montañas y los valles. En verdad eran hombres admirables Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam.
Entonces les preguntaron el Creador y el Formador : -- ¿Que pensáis de vuestro estado? ¿No miráis. ¿No oís? ¿No son buenos vuestro lenguaje y vuestra manera de andar? ¡Mirad, pues! ¡Contemplad el mundo, ved si aparecen las montañas y los valles! ¡Probad, pues, a ver!, les dijeron.
Y en seguida acabaron de ver cuanto había en el mundo. Luego dieron las gracias al Creador y al Formador : -- ¡En verdad os damos gracias dos y tres veces! Hemos sido creados, se nos ha dado una boca y una cara, hablamos, oímos, pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que está cerca. Vemos también lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra. Os damos gracias, pues, por habernos creado, ¡oh Creador y Formador!, por habernos dado el ser, ¡oh abuela nuestra! ¡Oh nuestro abuelo!, dijeron dando las gracias por su creación y formación.
Acabaron de conocerlo todo y examinaron los cuatro rincones y los cuatro puntos de la bóveda del cielo y de la faz de la tierra.
Pero el Creador y el Formador no oyeron esto con gusto. -- No está bien lo que dicen nuestras criaturas, nuestras obras; todo lo saben, lo grande y lo pequeño --dijeron. Y así celebraron consejo nuevamente los Progenitores : -- ¿Qué haremos ahora con ellos? ¡Que su vista sólo alcance a lo que está cerca, que sólo vean un poco de la faz de la tierra! No está bien lo que dicen. ¿Acaso no son por su naturaleza simples criaturas y hechuras [nuestras]? ¿Han de ser ellos también dioses? ¿Y si no procrean y se multiplican cuando amanezca, cuando salga el sol? ¿Y si no se propagan? -- Así dijeron.
-- Refrenemos un poco sus deseos, pues no está bien lo que vemos. ¿Por ventura se han de igualar ellos a nosotros, sus autores, que podemos abarcar grandes distancias, que lo sabemos y vemos todo?
Esto dijeron el Corazón del Cielo, Huracán, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, Ixpiyacoc, Ixmucané, el Creador y el Formador. Así hablaron y en seguida cambiaron la naturaleza de sus obras, de sus criaturas.
Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos.
Así fue destruida su sabiduría y todos los conocimientos de los cuatro hombres, origen y principio [de la raza quiché].
Así fueron creados y formados nuestros abuelos, nuestros padres, por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra.
Notas de Adrián Recinos 
  • Tzacol, Bitol, el Creador y el Formador
  • Alom, la diosa madre, la que concibe los hijos, de al, hijo, alán, dar a luz. Qaholom, el dios padre que engendra los hijos, de qahol, hijo del padre, qaholaj, engendrar. Madre y padre los llama Ximénez; son el Gran Padre y la Gran Madre, así llamados por los indios, según refiere Las Casas, y que estaban en el cielo.
  • Hunahpú-Vuch, un cazador vulpeja o tacuazín (Opposum), dios del amanecer; vuch es el momento que precede al amanecer. Hunahpú-Vuch, es la divinidad en potencia femenina, según Seler. Hunahpú-Utiú, un cazador coyote, variedad de lobo (Canis latrans), dios de la noche, en potencia masculina.
  • Zaqui-Nimá-Tziís, Gran pisote blanco (Nasua nasica) o coatí, encanecido por la edad, diosa madre; y su consorte Nim-Ac, Gran cerdo montés, o jabalí, ausente en este lugar por una omisión mecánica, pero invocado en el capítulo siguiente;
  • Tepeu, el rey o soberano, del náhualt Tepeuh, tepeuani, que Molina traduce por conquistador o vencedor en batalla; ah tepeual entre los mayas , quienes lo tomaron igualmente de los mexicanos. Gucumatz, serpiente cubierta de plumas verdes, de guc, en maya, kuk, plumas verdes, quetzal por antonomasia, y cumatz, serpiente; es la versión quiché de Kukulkán, el nombre maya de Quetzalcóatl, el rey tolteca, conquistador, civilizador y dios de Yucatán durante el período del Nuevo Imperio Maya. El fuerte colorido mexicano de la religión de los quichés se refleja en esta pareja creadora que continúa siendo evocada a través del libro hasta que la divinidad toma forma corporal en Tohil, a quien en la Tercera Parte se identifica expresamente con Quetzalcóatl;
  • U Qux Cho, el corazón o el espíritu de la laguna. U Qux Paló, el corazón o el espíritu del mar. Ya se verá que a la divinidad la llamaban también el Corazón del Cielo, u Qux Cah.
  • Ah Raxá Lac, el Señor del verde plato, o sea la tierra; Ah Raxá Tzel, el Señor de la jícara verde o del cajete azul, como dice Ximénez, o sea el cielo.
  • El nombre Hunahpú ha sido objeto de muchas interpretaciones. Literalmente significa un cazador con cerbatana, un tirador; etimológicamente es eso mismo y es vocablo de la lengua maya, ahpú en maya es cazador, y ah ppuh ob, forma de plural, son los monteros que van a la caza, según el Diccionario de Motul. Es evidente, sin embargo, que los quichés debían tener alguna razón más plausible que esta etimología para dar ese nombre a la divinidad. El cazador en los tiempos primitivos era un personaje muy importante; el pueblo vivía de la caza y de los frutos espontáneos de la tierra antes de la invención de la agricultura. Hunahpú sería, en consecuencia, el cazador universal, que proveía al hombre de su sustento; hun tiene también en maya la acepción de general y universal. Pero posiblemente los quichés que descendían directamente de los mayas, quisieron reproducir en el nombre Hunahpú el sonido de la palabra maya Hunab Ku, "el único dios", que servían para designar al dios principal del panteón maya, que no podía representarse materialmente, por ser incorpóreo. La pintura de un cazador podría haber servido en los tiempos antiguos para representar el fonema Hunab Ku que encerraba una idea abstracta, la de un ser espiritual y divino. El procedimiento es común en la escritura pictográfica precolombina. Hunahpú es también el nombre del vigésimo día del calendario quiché, el día más venerado de los antiguos, equivalente al maya Ahau, señor o jefe, y al náhualt Xóchitl, flor y sol, símbolo del dios sol o Tonatiuh.
  • Ixpiyaco e Ixmucané, el viejo y la vieja (en maya ixnuc es vieja), equivalentes de los dioses mexicanos Cipactonal y Oxomoco, los sabios que según la leyenda tolteca inventaron la astrología judiciaria y compusieron la cuenta de los tiempos, o sea el calendario.
 FUENTES 
 El Popol Vuh. Wikipedia, la enciclopedia libre. (Documento on line). Disponible: http://es.wikipedia.org/wiki/Popol_Vuh. (Consulta: 5/11/11)
La cultura maya (Documento en línea). Disponible: http://antropos.galeon.com/html/MAYAS.htm. (Consulta: 10/10/11).
Libro sagrado de los Mayas. “Popol Vuh” (o "Libro del Indígena Quiché"). Bibliotecas Virtuales.com. Comunidad virtual literaria. (Página en línea). Disponible: http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/obrasdeautoranonimo/PopolVuh/PopolVuh.asp (Consulta: 5/11/11).
Los mayas. (Documento en línea). Discovery Channel Disponible: http://www.tudiscovery.com/guia_mayas/escritura_maya/index.shtml. (Consulta: 5/11/11)
Popol Vuh o libro del consejo de los indios quichés. Bibliotecas Virtuales.com. Comunidad virtual literaria (Página en línea). Disponible: http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/literaturaaborigen/PopolVuh.asp. (Consulta: 5/11/11)
Vásquez, M. (2011. Sept, 29). La cultura maya. Las letras que queremos (Blog en línea). Disponible: http://mireyavasquez.blogspot.com/ (Consulta: 06/10/11