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viernes, 27 de julio de 2012

LECTURA VELOZ

1. Tipos de lectura

a)      Lectura como diversión. Cada lector aplica la fórmula que más guste porque no hay reglas; por ejemplo una novela o una revista. 

b)      Lectura exploratoria. Leer rápido, teniendo en cuenta las preguntas personales; no hace falta leer cada palabra, se prestará especial atención al primer párrafo de cada capítulo o sección y las primeras frases, para captar posibles claves.  

c)      Lectura como repaso. Se buscan conocimientos ya adquiridos, para confirmar un concepto, una fecha u otro tipo de conocimiento. 

d)     Lectura como búsqueda. Hay que indagar respuestas a las interrogantes que se plantee la lectura; se recomienda leer rápido hasta aproximarse al tipo de información solicitada, luego se continuará más despacio para encontrarla.  

e)      Lectura para corregir un texto propio. Resulta un ejercicio difícil la corrección de un texto propio, porque el autor no suele observar sus posibles errores; para ello, es recomendable centrarse en la redacción, la ortografía, la puntuación y la estructura gramatical. (Técnicas de Estudio. Métodos, técnicas y hábitos de estudio. 2000). 

f)       Lectura para dominar un tema. Cuando se requiere aprender un tema, es importante leerlo pausadamente, con mucho cuidado y de forma repetida, al menos 3 veces.  

g)      Lectura crítica. Se realiza para cuestionar un texto y escribir un artículo, una crítica de las ideas que contiene, una reseña de un libro etc.; primero, se leerá todo muy rápido y, luego, se volverá  a repasar con la ayuda de algunas preguntas. ¿Porqué opina así el autor del texto? ¿Qué opiniones, sentimientos o actitudes están siendo expresados? ¿Son hechos o opiniones? ¿Es lógico? ¿Qué tipo de palabras de se utilizan?; mientras se lee, se realizarán anotaciones en el margen y sobre papel, ellas servirán para escribir el trabajo después; en todo caso, lo más importante en una lectura crítica es formular preguntas. 

h)      Repasar. Una vez que el tema de estudio se domina, hay que repasar; al respecto, conviene evitar hacerlo sólo antes de los exámenes. En el mismo orden de ideas, se debe considerar que, generalmente, se olvida un porcentaje importante, en forma rápida; una manera de evitarlo es el triple repaso: inmediato, intermedio y final (antes de los exámenes). 

2. Los vicios en la  lectura 

Cuando se lee, es posible incurrir, inconscientemente, en ciertos vicios que limitan considerablemente la velocidad de la lectura (La lectura. Aulafácil.com. Página Web); estos vicios son:  

a)      Leer palabra por palabra. Esta es la forma aprendida desde niños; se lee todo: sustantivos, verbos, adjetivos, y también artículos, conjunciones y preposiciones, sin dependencia; por eso, las palabras apenas aportan información. El defecto más generalizado, al que se enfrentan los lectores más jóvenes, es un excesivo análisis de las palabras o la lectura palabra por palabra. 

b)      Subvocalización. Al leer, se tiende a pronunciar las palabras mentalmente o moviendo los labios; a veces, la lectura se acompaña por movimientos de labios y de boca. Una lectura rápida no solo se consigue con un movimiento adecuado de los ojos, también se debe ampliar el vocabulario y la capacidad de la comprensión, mediante una lectura inteligente; la lectura rápida sólo es posible cuando se está muy familiarizados con el lenguaje y su contenido.  

c)      Regresión. Continuamente se dirige la vista atrás, sobre lo leído, para asegurar si se entiende lo que se leer. 

Frente a esta lectura lenta, el estudiante debe tratar de leer rápido ya que esto le reporta las siguientes ventajas 

§  Ahorro de tiempo en la lectura: tiempo que podrá dedicar para avanzar en el estudio o simplemente a descansar.

§  Mayor concentración: la lectura rápida predispone a prestar más atención, haciendo que sea un tiempo de estudio más provechoso.  


3. Para leer más rápido  

a)      Evitar la vocalización, tanto oral como mental; en este caso se intentará no mover los labios y se mantendrá la boca relajada. Cuando se pronuncia mientras se lee, se reduce la velocidad de lectura hasta en un 50%; por eso es conveniente aprender el reconocimiento de las palabras, por su aspecto y no por su pronunciación. 

b)      Evitar releer. No se debe volver la vista atrás bajo ningún concepto, aunque se piense que algo se ha podido escapar. Con la práctica, surge el hábito de poner la máxima atención en la lectura, evitando de este modo perder información. Si no se comprende bien el texto, es preferible darle una segunda lectura completa y no continuar constantemente releyendo; resulta favorable utilizar un lápiz para señalar por donde va la lectura y así se evitarán los saltos de línea. 

c)       Reducir las fijaciones de los ojos. Aunque sea inconsciente, al leer se fijan los ojos en cada palabra, y, dentro de ella, en cada letra. Hay que ampliar el campo de visión: de una letra pasar a varias letras, luego a una palabra, y después a varias palabras. Con una fijación de la vista, se puede llegar a leer hasta tres palabras a la vez. Los ojos deben realizar un movimiento suave, continuo, y no una sucesión de breves paradas; es un aprendizaje complicado, pero que con la práctica se consigue. 

d)     Centrar la atención en las palabras que aporten significado. Sobre todo, hay que fijarse en los sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios, y desechar los artículos, las preposiciones y las conjunciones. Por ejemplo: "El colegio de mi hermana está cerca de mi casa" Quedaría reducido a: "colegio hermana cerca casa". 

e)       Al final de la lectura se buscarán en el diccionario las palabras que no se hayan entendido; en lugar de interrumpir la lectura, cada vez que aparece una palabra desconocida, es preferible anotarla en un papel y al final de la lectura investigar su significado. (La lectura. Aulafácil.com. Página web). 

Para una lectura rápida es importante también cuidar los siguientes puntos:  

§  Iluminación. Es conveniente contar con una buena iluminación. La luz natural es mejor que la artificial; pero si no puede ser, es preferible combinar una luz central que ilumine toda la habitación, y otra luz (preferentemente bombilla azul), no demasiado intensa, centrada sobre el texto. 

§  Postura. El estudiante debe leer sentado, con una postura cómoda (el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante) y con el libro centrado (que las líneas queden horizontales) apoyado en la mesa (la altura de la mesa debe ser la adecuada). 

§  Silencio. Una lectura rápida exige una gran concentración, y para ello es necesario evitar cualquier distracción; si se quiere oír música, debe ser tranquila, preferiblemente sólo instrumental y con el volumen bajo.  

En definitiva, el estudiante debe tratar de mejorar su velocidad de lectura pero sin comprometer una buena comprensión del texto; puede perder algún detalle, pero nunca información esencial. (La lectura. Aulafácil.com. Página Web).
 

4. Técnicas para mejorar la lectura

El defecto más generalizado al que se enfrentan los lectores más jóvenes es un excesivo análisis de las palabras o la lectura de palabra por palabra. A veces, esta costumbre se acompaña por movimientos de labios y de boca. Una lectura rápida no solo se consigue con un movimiento adecuado de los ojos, se debe ampliar el vocabulario y la capacidad de la comprensión mediante una lectura inteligente.

La lectura rápida sólo es posible cuando se está muy familiarizado con el lenguaje y su contenido; a continuación, algunos consejos adicionales para mejorar la comprensión de la lectura y la velocidad.

a)      Mejorar el vocabulario y consultar frecuentemente el diccionario; para ello, se elaborarán fichas de las nuevas palabras aprendidas y esforzarse por utilizarlas.  

b)      No leer más rápido de lo que permita la comprensión; la velocidad de la lectura no es un reto en sí mismo, lo es, sin embargo, la comprensión.  

c)      Practicar la lectura durante tres o cuatro semanas, intentando mejorar la comprensión y la rapidez durante 15 minutos cada día.  

d)     Cada semana, leer algún texto y medir el número de páginas por hora; es una manera de cronometrar la lectura.



 FUENTE

Vásquez, M y Carrera, L. (2006). Herramientas para un aprendizaje eficaz. Caracas: Panapo.