Buscar

jueves, 22 de marzo de 2012

LA INTERJECCION

La Interjección constituye un grupo de palabras que no está suficientemente delimitado; porque coincide con los adverbios y con los elementos de relación que son invariables y no tienen, por tanto, concordancia con ningún elemento de la oración. Lo característico de este tipo de palabras es que no forma parte de la oración y se separa de ella por pausas o por una entonación diferente. Expresa emociones del hablante o bien una llamada de atención a alguien o, incluso, una forma de hacer más viva una acción narrada. Las interjecciones no son realmente una categoría gramatical; no forman parte de la oración ya que ellas por sí mismas, constituyen una oración. Por ejemplo, cuando se dice “¡Socorro!”, están implícitos el sujeto y el verbo, es decir que la interjección equivale a decir “Yo pido ayuda”.
En otras palabras, la interjección es un tipo de enunciado en una lengua natural que expresa alguna impresión súbita, exclamativa o un sentimiento profundo, como asombro, sorpresa, dolor, molestia, amor, etc. Sirven también para apelar al interlocutor, o como fórmula de saludo, despedida, conformidad, etc.; por ejemplo:
o   ¡Alto! Se usa como llamada enérgica imperativa.
o   ¡Ay! Se emplea para expresar un sentimiento vivo.
o   ¡Eh! Se usa para preguntar, llamar, despreciar, reprender o advertir.
o   ¡Hola! Se usa como salutación familiar.
Por lo tanto, son semánticamente equivalentes a una oración completa, y expresan o describen elementalmente una acción sin estar sintácticamente organizados, por ello puede considerarse que no son una parte de la oración (aunque algunos gramáticos las incluyen en el inventario de clases de palabras), sino que son signos linguisticos pregramaticales que desempeñan las tres funciones del lenguaje: expresiva, conativa y representativa.
Equivalen también a oraciones sin desarrollo las expresiones interjectivas del tipo ¡Cielo santo!; ¡Dios mío!; ¡Recórcholis!; ¡Rayos y truenos!; ¡Demonios!; ¡Cielos!; etc. 
Definición de interjección
Las interjecciones suelen ser palabras o frases cortas y se emplean principalmente en el lenguaje oral, y en el escrito que reproduce el lenguaje oral, muchas veces como expresión expletiva de desahogo o explosiones de emotividad, a menudo de modo casi reflejo. Pueden formar sintagmas enteros interjectivos por su núcleo (¡Caramba!; ¡Ay de mí!; ¡Ojalá!) o bien ser otro tipo de sintagmas más o menos gramaticalizados como interjecciones (¡Por Dios!) Estructuralmente, se clasifican en su mayor parte como un tipo de oración unimembre averbal de carácter interjectivo. Esto porque sólo posee un término (a saber, la palabra o frase corta que existe) y carece de un verbo conjugado. 
Clasificación de interjecciones en español
Las interjecciones se clasifican en:
1.      Interjecciones propias
También se les conoce como interjecciones propiamente dichas y, se componen de una única palabra comprendida entre signos de admiración o de interrogación; en este sentido, incorporadas a la lengua con cierta fijeza, no se relacionan con el léxico común y se pueden emplear con varias intenciones. Son las siguientes: ¡ay!, ¡olé!, ¡bah!, ¡ah!, ¡ea!, ¡ca!, ¡ajá!, ¡hale!, ¡uy!, !quia!, etc. Su uso es el que se da a continuación:
o   ¡Ah! Sirve para expresar asombro, comprensión de lo oído, sorpresa, placer.
o   ¡Ay! Sirve para expresar dolor. Es una interjección que puede ser seguida de una expresión confirmatoria, por lo que cabe integrarla en una oración; pero como las interjecciones forman una unidad en su entonación oral, se separa con una coma: ¡Ay, cómo me duele!
o   ¡Bah! Sirve para expresar desprecio, desinterés.
o   ¡Buah! Sirve para expresar asombro, incredulidad o sorpresa.
o   ¡Guau! Sirve para expresar asombro o admiración.
o   ¡Guay! Sirve para expresar advertencia/amenaza o fascinación - admiración, según el geolecto: ¡Guay, que se nos vienen encima! o ¡Guay, nos vamos de excursión!
o   ¡Eh! Sirve para expresar rechazo, desaprobación de lo excesivo, sorpresa.
o   ¿Eh? Siendo una forma interrogativa, expresa duda de haber comprendido lo oído, o una solicitud de que se repita algo que no fue atentamente escuchado; y también se emplea en el contexto de un discurso, como una suerte de consulta acerca de si se ha comprendido lo expresado, o si se está de acuerdo con ello. Es una de las pocas interjecciones que eventualmente pueden intercalarse en una oración, con ese sentido: - Camina con cuidado para no caerte.- ¿Eh?
o   ¡Hey! Sirve para expresar llamado de atención, saludo.
o   ¡Hola! Sirve para expresar bienvenida, saludo, satisfacción por el encuentro con la persona a quien es dirigido.
o   ¡Uda! Sirve para llamar la atención de los animales, generalmente despectivo. Por ejemplo: " UDA de aquí!" para indicar que se marchen.
o   ¡Uy! Sirve para expresar asombro, sorpresa por algo insólito.
o   ¡Oh! Sirve para expresar asombro, admiración.
o   ¡Ojalá! u Ójala) Sirve para expresar un deseo de que algo se realice. Sería una palabra de origen árabe, proveniente de los tiempos históricos en que el sur de la península ibérica estaba ocupada por los moros, siendo contracción de Inch alá, equivalente a Dios lo quiera. Es una palabra que frecuentemente no es empleada como interjección, incorporándose a una oración: Ojalá que no llueva.
o   ¡Puaj! Sirve para expresar asco, fuerte desagrado.
o   ¡Hala! Sirve para expresar prisa. Por ejemplo: "¡Hala!, no se detengan, que se nos hace tarde."
o   ¡Shhhh! o ¡Chitón! Para pedir silencio. 
2.      Interjecciones impropias
Interjecciones impropias que no son interjecciones idiomáticamente originarias, sino sustantivos, verbos o adverbios, que ocasionalmente son empleados como interjecciones, por su significación usual: ¡Socorro!; ¡Caracoles!; ¡Diablos!; ¡Rayos y centellas!; ¡Pelaná!
3.      Interjecciones de expresión
Corresponden a locuciones usuales, las que son empleadas igualmente como interjecciones y se llaman así porque están constituidas por diversos vocablos que pertenecen al léxico de la lengua, pero que por diversos motivos se emplean con igual intención que las anteriores. Ej. ¡Virgen Santa!, !Ay Dios!, ¡Jesús!, ¡Venga!, ¡toma!, ¡cataplum!, ¡córcholis!, etc.: ¡Mi madre!; ¡Dios santo!; ¡Ay de mí! Son conocidos también como Modos interjectivos, formados por dos o más palabras que hacen oficio de interjección: ¡Punto en boca!, ¡Voto a tal!, ¡Qué diablos!, ¡Por vida mía!, ¡Válgame Dios!, ¡Madre mía!, ¡Qué horror! etc.
 Las interjecciones presentan algunas peculiaridades en su empleo idiomático:
o   Generalmente se emplean en forma aislada, como una expresión de entonación independiente; pero cuando se incorporan en una oración lo común es que aparezcan al principio: ¡Ay!; ¡Qué dolor!
o   Cuando se insertan en una oración quedan estrictamente fuera de su secuencia, como si fueran un paréntesis: Lloró la niña, ¡ay!, ¡cómo sufría!
o   Algunas asumen la forma de expresiones no idiomáticas u onomatopéyicas (que imitan sonidos): ¡Puaj!; ¡Chit!; ¡Plash!; ¡Paf!; ¡Pif!
o   Algunas se unen frecuentemente a los nombres propios, en la forma de los vocativos o expresiones que se emplean para llamar o atraer la atención: ¡Eh, Ernesto!
o   También se unen a diversas clases de partículas, en diversas expresiones exclamativas: ¡Ay del que se anime a contrariarlo! ¡Guay con los que se le acerquen! 
 
REFERENCIAS 
Carrera, L. et alii (2006). Técnicas de Redacción e investigación documental. Caracas: Panapo. 
 La interjección. (sf). De Wikipedia, la enciclopedia libre(On line). Disponible: http://es.wikipedia.org/wiki/Interjecci%C3%B3n (Consulta: 23/02/12)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas dejar algún comentario para enriquecer estas líneas, gracias¡